martes, mayo 04, 2004

Radio Universidad, 30 aniversario

Para Brita Urias, a quien amo con todas mis ondas hertzinas (o martsianas)

La palabra primordial

Escritura: voz: puente en espera de ser transitado. Aquí está la palabra, el mensaje: “La eternidad de lo efímero”.


Hay sonido. El vacío se rasga. La nada. Big Bang: la melodía más estridente jamás escuchada. Una trompeta. Un galope que se extiende infinito por el cosmos. Expandirse. Polvo. Loop: el paso del tiempo. De nuevo la trompeta. La estrella más pequeña devora toda luz a su paso. Nada queda. Todo queda. En un instante se concentra el universo. Una vez más, hay sonido…

Alguien abre la puerta que son mil puertas. El mundo habla: es el rotar del planeta sobre su eje, el chisporroteo magnético y sus auroras, el diapasón atravesado en el cielo. Muevo mi mano. Un segundo antes el mundo era otro. Y cada vez que late mi corazón hay una nueva nota en los tímpanos de todos.

Es la hora nocturna, o el mediodía o la mañana. En cualquier caso un espacio en el tiempo, una habitación, tres metros cuadrados que se abren infinitos. La palabra primordial es apenas un suspiro.

Ahora me escucho. El sonido es un espejo. Por la habitación serpentean los acordes que escapan de un aparato de sonido. Se van filtrando a través de mi piel, tatuajes invisibles, me alimentan. Están dentro de mí. No hablo. Pienso: el silencio es mi voz verdadera.

Se apaga el interruptor, pero la radio no calla.