lunes, septiembre 01, 2003

Notas de cuadernos anteriores
1997


La Ventana (Apuntes)

1
La ventana, ese cuadro, signo admirativo y de interrogación al mismo tiempo, me hace señas divertida, incita a perturbar su transparencia, sabe que la miro, que la observo de reojo, que finjo no verla pero que sí lo hago. Se trata de un juego casi infantil, persecutorio , sagrado.
Tras el hueco la presencia sensible de lo conocido-intrascendente, el jardín y el sol sobre el pasto reposando en esta tarde —un espacio de silencio, luego una pieza de múscica clásica—, y hay un cambio químico, una metamorfosis en el tiempo, ese frágil y escandaloso himen de la raza humana. Aunque le he dado la espalada a la ventana (al poema-a la poesía) sé que en el instante en que vuelva el rostro ya no estará el jardín, ya no será jardín, ni sol, ni cielo, ni casas, ni tinacos, ni antenas de televisión. Será de nuevo esa no certeza sospechosa de que el otro lado es un poema, de que hace falta un puente.
Algo oculta la ventana —sin duda—, es entre la ventana y el que mira, es suspenso, péndulo, animosidad previa a los grandes gritos, energía potencialmente infinita e insaible.
Quizá el error consista en pretender introducir en un estrecho embudo una concepción lógica del mundo, una concepción-razonamiento universal en el que sin embargo, se preserva la hermosa sensación de caos.
He aquí la angustía, el temor a lo otro que soy yo mismo.
Reposo. Desde esta perspectiva la claridad acecha, la poesía me rodea con miles de mirillas apuntando a mi cabeza, intento comprender, tarde, como la tinta sobre esta hoja de papel puedo ser yo.