viernes, septiembre 19, 2003

Una vez más: Santa Sabina en lo profundo de la sangre

Preámbulo
Ayer asisití al taller de León Plascencia Ñol. En un juicio apresurado, me vino fresco el taller. Los conceptos que maneja León, tienen cierta similitud con los que pretendo sirvan para mi poesía. Por ese lado creo que saldré enriquecido con nuevas lecturas y ensayos: es muy acucioso. Hay una diferencia muy clara en la manera de impartir un taller otros talleristas y él. En ciertos talleres el nivel de los asistentes es mínimo, ven cuestiones básicas y yo sentía que no había un reto. El que imparte el taller se pone a ese nivel, eso es generoso, pero lo que yo buscaba era crecimienrto. En el taller de León no se puede decir que la gente tenga un nivel tremendo. No. Hay de todo, pero León no se rebaja, León no es generoso en ese sentido. Y lo que es peor (o mejor), lo entiendo y secretamente lo agradezco, porque eso permite tener un horizonte más amplio. Confieso que estoy contento. De pronto, sin que viniera a tema me ha dicho: Antonio, ¿metiste a concursar un libro al Elías Nandino?. Yo: trágame tierra... ehhh... si... respondo. Me dice: tu libro estaba entre la lista de finalistas que dejé. El de la chica que ganó y el tuyo. Yo con cara de cállate pero por dentro mi ego empezo a brincotear, por más que me repetía, no te dejes engatuzar, no te dejes engatuzar. Para no hacer el cuento largo comentó que veía en él cosas interesantes, y que limpiándolo de Paja, podría ser un buen libro. Le gustaron el par de poemas de Paris. Los que Elizabeth destrozo, pero que Hilda dijo eran buenos. En fin. Estoy en una racha de optimismo que espero me dure un poco más que de costumbre. Pareciera que la gente confía en mí, sólo falta que yo lo haga.

Terminado el taller (que se imparte en la librería del FCE), me encontró Brita Urias (Talia Zepeda) , tenía media hora esperándome y llamando al celular (que tuve la precaución de apagar) sin obtener respuesta. Habíamos quedado de vernos porque en el transcurso de la tarde me dijo que obtendría una acreditación de prensa para el concierto de Santa Sabina. Nos saludamos amigablemente, con la nueva de que tenía un boleto para el concierto además de las acreditaciones, pero que teníamos que ir por él a Radio Universidad, donde trabaja. Así que dijimos adios a la lectura de poemas en Francés en el FCE y nos fuimos a la torre de la universidad, destino piso 12. Tras un ligero atraso, provocado por que su inesperada interrupcion fue enorme tentación para que su jefe le pidiera escribir una nota para el noticiario de la mañana siguiente, logramos escapar al Hard Rock Live. La lluvia se desató en esos momentos. Con los cabellos mojados buscamos protección en el Centro Magno, la plaza donde esta el Hard. Y en ese momento los esperados y no esperados coincidimos. Llegó mi heramna, Adrian su novia y Carlos, Marco y Ale. Esperaba a Efrén y Lili pero no aparecieron. Ni duda que el ser oportuno le trae a uno beneficios. Originalmente Adrián iba a pasarnos a mi hermana y a mi. Con la acreditación de prensa y el boleto, ya no necesitamos la ayuda de Adrian. Pero de esa manera Ale y Marco Pasaron. Mientras se ponían de acuerdo todo un drama se llevaba acabo. Alguien más había acudido a esa cita inexistente. A esa no cita: Lety Cortés. Al mismo tiempo, el drama se desarrollaba también a las puertas del Hard. A Brita Urias no le dejaron pasar su grabadora. Así que tuve que llevar el aparato al coche y mojarme. (Para conocer el final del otro drama acudir al blog de uno de los protagonistas). Finalmente con contratiempos, lluvia y mojados todos entramos. Efrén y Lili llegaron después. Me hubiera gustado que las entradas fueran para ellos. He ahi la importancia de la oportunidad.