martes, mayo 18, 2004

La Pocilga Beat

Crónica de una noche de fiesta con preámbulo
o de como escapar de la policía leyendo poesía
(la rima, por supuesto es intencional)


Preámbulo
Esaú nos dejó justo enfrente del Chai. Tendí mi mano a Lunorman, que venía en la parte trasera del auto, para ayudarle a bajar. Se suponía que Laura nos estaría esperando en el café, pero cuando escapamos de los pesados rayos solares y nos envolvió la frescura del lugar, una casa antigua con techos altos y gruesos muros pintados de blanco, nos percatamos que nuestra querida amiga no había llegado. Cruzamos una mirada complice: de seguro nos esperaba una larga espera.
     Decidimos sentarnos en la terraza del lugar y pedir un par de cervezas que se convirtieron en cuatro, dos por uno nos dijo el mesero. Y Ahí estabamos, después de dos semanas de no vernos, y un viaje a Monterrey por parte de ella de por medio, nos soltamos hablando de las grandes avenidas, del parque fundidora, de Cintermex, del Marco, de las encrucijadas y de la toma de decisiones en la vida de cada uno.
     El hambre comenzó a hacer mella en nuestros estómagos. Laura sin aparecer. Lu decidió marcarle. Aún en su oficina, pero a punto de escapar, segun dijo, para unirse a nosotros. Justo al colgar una nueva llamada. Gaby Bautista, subdirectora de Radio Universidad, anunciando que no nos acompañaría. Qué mas da, otro par de cervezas.
     Al fin aparecio Laura. Como siempre hiperactiva, con cara de aquí no ocurre nada, todo esta cool. Y los meseros que nunca están cerca de la mesa cuando uno finalmente los necesita. La hora del 2 x 1 había pasado, así que la idea inical, aprovechar la promoción para comer sin gastar tanto, se esfumó. Ordené, contra mi costumbre, un platillo del cual no tenía la menor idea de qué era. En la carta se leía que un Panini de pollo era nada menos que una combinación de pollo frito con pasta y queso crema en una baguette. Sorprendentemente me gustó.
     Sobremesa: mucha actividad para el fin de semana. Cumpleaños de la Niña Honguito en La Santa, Cumpleaños del Rai, por lo tanto fiesta en el ya celebre edificio de Avenida La Paz y Enrique Díaz de León, punto de encuentro obligado en Guadalajara. El sábado segunda fiesta de la Niña Honguito, a los pies del cerro del Colli, y fiesta de Aldo en la Pocilga Beat, para entrar sólo con invitación y Norma tenía varias de ellas. En fin que mientras intentabamos resolver nuestras respectivas vidas, ja, también decidiamos como gastarlas.
     Hora de partir, Lunorman y Laura se fueron juntas, por mi parte tomé avenida Juárez rumbo al centro de la ciudad...

     —Que el padre de tu novia sea un escritor es de caché
     —No te compliques, es más de caché que el escritor sea tu amante...


La lectura y La Santa
Plaza Universidad, frente a la biblioteca iberoamericana, la lectura de Jazmín, Lucero Alanís de Gurrola y Françoise Roy había comenzado hacia ya un rato cuando desde mi punto de observación, distinguí a lo lejos la inconfundible figura del Comandante Jiménez acompañado, por supuesto, de su linda esposa. Ya Lunorman me había advertido de la posibilidad de que el Comandante aceptara acompañarnos a la fiesta de la Niña Honguito, sin embargo hasta no ver, creer, como digo siempre. Concluida la lectura, me acerqué al Comandante y a Lili para preguntarles si nos acompañarían a La Santa. Dudaron unos instantes, pero una botella de Santa Helena blanco terminó de convencerlos de caerle a mi casa.
     Bajo las primeras y frías gotas de alcohol, mientras el aire se colaba por la ventana que da hacía lo que años antes era avenida Lafayette, comenzamos a platicar sobre la ciuad y su pasado. Sobre los edificios que ahora ocupan los espacios de recuerdos borrosos, casi leyendas. ¿Alguién recuerda, por ejemplo, qué había antes del Centro Magno?... Una plaza, llamada Plaza Vallarta, donde, les contaba a mi par de amigos, había un cine que a su vez es mi primer recuerdo de un cine, y de una película, que una de mis tías me llevó a ver: El retorno del Jedi.
     A las 10:30 encaminé el rumbo a casa de Lu. Morelos-Chapultepec-Glorieta Niños Héroes-Mariano Otero-Arcos del Milenio-Expo Guadalajara (Aquí debí tomar la lateral pero no lo hice)-Plaza del Sol-Plaza Milenio-Lopez Mateos-Avenida Conchitas-Cruz del Sur (La penca, santuario del alcohol para navegantes nocturnos)-Isla Raza-Isla Timor-departamento.
     Como respuesta al timbre escuchamos un maullido (¿Sofía?, ¿Ego?) y la voz de Lu avisándo que en un momento abría. Puerta abierta. Lu radiante. Feromonas en el aire. Temblor de labios. Ceci dormida por lo que no le pude entregar personalmente los cuatro nuevos libros de la editorial. Unos momentos más para ponerse a punto. (Y los que saben, sabrán a que me refiero) y la partida.
     Isla Timor-Isla raza-Un oxxo (donde no encontramos Modelo Light)-vuelta en una avenida no conocida-otro oxxo (ni modo, Tecate, ya resignados)-Avenida de las Rosas-Mariano Otero (de nuevo Arcos del Milenio, glorieta niños Héroes)-Américas-Marsella-Guadalupe Zuno.
     El auto detenido en la esquina, los gritos de Bjork en su etapa sugar cubes inspirando al Comandante, que para los que no lo saben, aparte de su oscuro trabajo como detective urbano, su voz es una de las más reconocidas en la escena rockera tapatía. "Puppets" se escuchaba en las bocinas, mientras el Comandante sacaba su cuaderno y tomaba notas de una idea para una canción, a su vez que los demás rolabamos las Tecate. Distraer al Comandante en pleno arrebato místico por lo general le puede costar a uno la vida, sin embargo la torreta bicolor de una patrulla nos convenció de esperar unos momentos para continuar con el brindis, lo que nos salvo la vida, porque gracias a eso, la poesía, la lírica de nuestro cantante-detective fluyó sin interrupciones. Punto final justo cuando la patrulla se detenía a nuestro lado y desde adentro un par de policías nos atosigaban con una potente lámpara en busca de no tenemos idea de qué... De pronto apagaron la lámpara. Habían reconocido al buen Jiménez, cuya privilegiada posición de autoridad nos había salvado, una vez más, de terminar el fin de semana encerrados. A estos pobres hombres no tuvieron nada más que hacer que esbozar una tartamudeante disculpa...
     —Disculpe mi comandante
     —No sabíamos que era usté
     —De haber sabido... pos ni lo molestamos
     —Edá que si!...
     La mirada torva de Jiménez los convenció que lo mejor era partir. Dicho y hecho, en un santiamén la patrulla desapareció en la oscuridad, camaleón nocturno. ¿Pero a nosotros quien nos salvaría de la furia poética del Comandante? Tú eres el editor, así que lee mi canción y dime que piensas. Sudaba. Afortunadamente el buen Jiménez, a pesar de todo y digan lo que digan, es un buen letrista. ¡Salud!. Y ahi murio un Six de Tecates
     La Santa no es un antro muy grande, de hecho es más bien, como la mayoría de los antros de esta zona, una casa adaptada para... Lo que serían la sala, el comedor y la terraza eran un largo pasillo repleto de mesas y con ya bastante gente. Al fondo, donde alguna vez leyera mis textos en un toquín de los buenos Restos, Troquer hacía vibrar los muros con su jazz. Y entonces el deslumbramiento. La Niña Honguito, la querida Niña Honguito, la cumpleañera, de zapatos y faldita corta blanca, de playera negra y pelo recogido. Sonriendo. Lu fue la primera en saludarla, después el Comandante y Lili. Mi turno. Volver a sentir ese cuerpo entre mis brazos. Caer en precipicio de recuerdos. Te ves hermosa, le dije al oído, tus ojos me encantan. Te extrañé. Terminamos sentados en la mesa principal, como gente importante, con los pies bailando al ritmo de la sincopa y aplaudiendo el talento de los Troquer. Un poco más de alcohol. Lu al celular con Laura. Apenas en su casa a punto de bañarse. El tiempo vuela. De pronto Laura ya estaba con nosotros. Saludando a medio mundo, ustedes comprenden, siempre hay alguien más sociable que todos juntos. Martinis para todos. Honguito nos presentó a sus amigos. Hola que tal mucho gusto. Recuerdo de esa noche a su mejor amiga, chica con una de las sonrisas más francas que he visto en años. Hora de caerle al Rai. Anunció Laura volviendo de su gira saludadora. Ni hablar. Tan a gusto que yo estaba. Le pasamos a la Niña Honguito la dirección del edificio más famoso de la ciudad e hicimos que prometiera alcanzarnos. Lo prometió. Pero ya saben, soy hombre de poca fe. Lu se fue en el auto de Laura, para que no estuviera tan solita. El Comandante, Lili y yo en mi auto. Para mi sorpresa logré echarlo andar, bajar el vidrio, y encender la radio al mismo tiempo sin problemas. El traslado no duró ni cinco Minutos. Guadalupe Zuno-Montenegro-Escorza-La Paz esquina Enrique Diaz de León. Auto detenido.
     Llegamos justo en el apogeo de la fiesta. La puerta del edificio abierta, gente entrando, parejas saliendo, la música hasta nuestros oídos. Departamento uno. Casa de Rai y Pollo. Gente en las escaleras. Otros de pie caminando. Entrar al departamento. Perderse en el mar de gente. Aspirar el inconfundible aroma. Buscar, buscar a los conocidos. Toparnos con el buen Adrián, famoso locutor de Radiarte, amable Gerente de un billar en pleno centro y una de las personas más amigables que conozco, ni se diga del gran aprecio que le tiene la banda por su gran colección, que parece inagotable, de discos compactos y por su secreta facilidad de conseguir colar a sus amigos a los mejores conciertos de la ciudad. Jimenez y Adrián, viejos conocidos, se saludaron con mucho afecto. Le pregunté por el pintor Carlos Maldonado. En su taller. Es decir en el depto cinco de este edificio. No tardo en sumarse a la fiesta. Lu y Laura llegaron con una buena dotación de Cervezas. Saludos por aquí y por allá. Fiesta total.
     Hay momentos fantásticos, irrepetibles, epifanías. Adrián tiene el suyo, nos cuenta, está feliz de que proximamente será padre. Le cuenta al Comandante y a Lili. El Comandante quería un pase para ir a ver el concierto de QK. Demasiado tarde. Ahora si que las influencias no puedieron ayudarlo. Ahh si me hubieras dicho antes, con mucho gusto. Y entonces, vino la mía: extraño privilegio de tener en una noche, dos epifanías. Su faldita blanca, su playera negra, sus ojos. ¡La Niña Honguito, había llegado!.
     Sé que la fiesta siguió, recuerdo que bailé, que todos bailaban, que en algún momento bajamos las escaleras del edificio con rumbo a un teléfono público tomados de la mano, y supe que por instantes como esos, la vida vale la pena. La felicidad es tan misteriosa. Tan incomprensible. Pasé el resto de la noche a su lado. Cerca como nunca. Ahh que fiesta. Hasta que la Cenicienta tuvo que regresar, y como su casa quedaba cerca de la residencia de mi amigo detective y su linda esposa, tuvimos que avisar a los amigos que quedaban de nuestra partida. Creo que ni Laura ni Lu lo lamentaron, ellas tenían ya su fiesta.
     La Paz-Enrique Díaz de León-López Cotilla-Federalismo-Fidel Velazquez-Colonia Guadalupana.
     Las despedidas no son mi fuerte. Sólo sé que en casos como este no las deseo. Pero ni hablar la vida sigue... Ahh Nniña Honguito... ojalá, ojalá, ojalá...
----------------------------------------------------------------------------------> CCV
(To be continued....)

2 Comments:

Blogger djneuras said...

Marts!! Qué onda... Llegué nevegando hasta tu blog, debido al "sugestivo" título de tu último post, y ahora espero ansioso la continuación, que espero tenga un desenlace hollywoodesco. Oye, pos aprovecho para saludarte y agradecerles que vinieran a la fiesta. Tenemos que hacer de estas más seguido.

Saludos y un abrazo!
Aldo

10:49 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

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4:42 a.m.  

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