viernes, septiembre 19, 2003

Antes de comenzar esta lectura, una breve advertencia: dadas las características del blog, estas tres partes, escritas en diferente momento, quedaron en orden inverso al que convencionalmente se lee. Queda en la decisión del lector leerlo en este orden (del fin al preámbulo) o de manera cronológica.


Una vez más: Santa Sabina en lo profundo de la sangre

Un final caótico pero feliz (aunque sea estéticamente inferior)

Y ahí estaba yo, afuera del Hard Rock Live, sin querer sentarme en las gradas encharcadas por la lluvia, escuchando Azul casi morado, con las manos sosteniendo las hojas con el proyecto beca de Helena-Nisa (Leticia Cortés). A Nisa la había visto en el interior. Nos saludamos. Creo que le dio gusto verme. Me presentó a un amigo y quedamos de vernos a la salida para entregarle mis comentarios a su proyecto de beca. Pensé que sería complicado porque estaba evitando encontrarse con Marco y Ale y además entre tanta gente sería fácil perderla de vista. Le pregunté si traía su celular y me dijo que sí. Si no nos encontrabamos a la salida le llamaría. Oh iluso, mi crédito agotado. Revisé las hojas del proyecto: incompletas. Ya iríamos al auto por ellas. La gente comenzó a salir. Vi a mi hermana y a Brita Urias, le shice una seña y se reunieron conmigo. Les dije que esperaba a Nisa. Pero que el problema era que ella no quería estar cerca de Efrén y los demás. La gente salía y salía y yo sin verla. Le pedí prestado el celular a mi hermana. Algo sucedió que no comunicó. León enjaulado me paseaba afuera. Nuevo intento al celular, esta vez con éxitos. «Hola, soy yo. Estoy afuera, por la puerta principal» «Bueno, ahora voy». Pero no la veo. No la veo. A quien si veo es a Efrén que me pide aventón. Le digo que si a regañadientes, pero que no se si los cuatro cabrán en mi auto porque vamos Brita, mi hermana y yo y que primeros vamos a ir a cenar. No sé si ve algo en mi cara. Dentro de mi es claro lo que quiero: ¡Lárgate con todos!. Dice que entonces no. Sonrío. Sin embargo Nisa sigue sin aparecer. Brita y mi hermana sentadas aguardan pacientemente, aunque se que se mueren de ganas de irnos a cenar. Doy la vuelta al Hard para ver si de casualidad esta por la otra puerta. Veo a Adrian y a sus amigos. Me hablan entonces. La han visto. La veo. Me ve. Un saludo breve. Le entrego las hojas con mis notas y le digo que las demás las olvide en el auto, que si vamos, al mismo tiempo le hago una seña a mi hermana y a Brita para que se acerquen, les quiero presentar a mi "socia". Nisa me dice que no tarda su padre en pasar por ella. Le digo entonces que lo que falta se lo mando por correo electrónico. Le presento a mi hermana. Se saludan y ríen porque se llaman igual. Le presento a Brita. Me dice que el nombre le parece conocido. Reímos. Un auto se detiene. Corre y desaparece tras la puerta. El auto se desvanece en la oscuridad de la calle. Brita, mi hermana y yo nos trepamos al auto y platicando del concierto corremos atravesando la noche por todo Mariano Otero con destino final a una deliciosa cena.
Nisa bien vale una empapada.