miércoles, octubre 29, 2003

Nada importaba entonces (Cuarta entrega)

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Detenidamente recorro el contorno volátil de su cuerpo; aspiro el humo grisáceo y puedo decir que es entonces mía. La observo. La enrollo con el cuidado de una mirada amorosa mientras los rayos del sol, próximos a ser apuñalados por una enorme nube, hilvanan hebras con su pelo. Humedezco mis labios. A ella, la guardo en el bolsillo de la memoria para evitar que se marchite.

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Esta es la histoira que despierta cada día y se repite a lo largo del tiempo.
A través de una amplia ventana —y su vida gira en torno a las ventanas— la luz se filtra uniforme. Sobre las paredes del despacho descansan algunas reproducciones de Miro, Van Gogh y Remedios Varo, fotografías en blanco y negro de Mapletorpe; el color blanco de las paredes lo hacen ver más amplio de lo que en realidad es. Toma el portaminas y se queda contemplando el exterior, la calle. Del equipo de sonido escapa una melodía de Dead Can Dance, deja la ventana y gira su rostro, ahora contempla el pliego que descansa sobre el restirador, traza algunas líneas sobre el papel, divaga nuevamente hacia la calle, sin ver lo que dibuja mueve la mano siguiendo la voz atiplada de Lisa Gerrard. Trazos sueltos pero firmes. ¿Cuál es el mensaje que ocultan? Escapa por la ventana y a pesar de la Gerrard piensa en Schubert. Su mano escribe Schubert en el papel. Hace unos días leyo una nota de periódico en la que se comentaba que había encontrado su vocación de músico caminando junto al Rin. ¿O lo había leído en un poema? Pensó que caminar le ayudaría. Definición. eso es lo que le faltaba, había dicho su padre alguna vez. Algunas horas para la salida.
Su mano moviéndose mecánicamente, cuando volvió a girar el rostro vio disperas frases sin sentido aparente. «¿Qué significa esto?» «¿Qué significan los sueños?» La vida lo angustia. Es una angustia a lo desconocido. A ignorar el futuro, que el presente no exista. El tiempo es un concepto que se entiende pero no se alcanza. Nunca se alcanza a comprender del todo. Sí, esta de acuerdo en que es una persecución. El tiempo no esta. Va delante y nosotros vamos tras él, sin saber que eso será justamente nuestra perdición, cuando coincidamos.
Mueve la mano, Dead can dance sigue en el aire, ¿qué dicen esos trazos? ¿Qué dicen esas frases? Ha olvidado la idea original. Ha olvidado su misión. Sin preocuparse busca entar al trance, clavarse en cada sonido, en cada palabra en cada tono, que el tiempo desaparezca, olvidarlo. Que un minuto sea la hora o viceversa. Hundirse en el pantano de su alma.
Imagina un pasillo, una ciudad, un laberinto lleno de puertas, habrá de elegir alguna y eso lo conducirá por un nuevo camino. Atravesar una es renunciar a las demás, pero ese camino se ha de bifurcar nuevamente y así hasta el infinito: árbol gigantesco, interminable; algunos caminos podrán cruzarse nuevamente, pero nadie lo sabe.
La última puerta ha de ser la muerte, la entrada al paraíso.
Frases, sólo frases sobre el papel.