domingo, febrero 01, 2004

Poema

Un abrir y cerrar de párpados
—la llamada—
Dije que no iba a pensar y estoy pensando
En la duermevela
caen algunas hojas las escucho aterrizar
en la capota del auto.
Mi única tarea es cuidar del silencio.
¿Hasta dónde llegará este trote
de caballos desbocados?.
Una paloma desciende al pavimento
un lisiado en muletas me observa
recargado en un auto al otro lado de la calle
el eco de unos pasos que despiertan
el canto de unos pájaros que cesa
ante el ruido de una alarma.
Escucho mi respiración, es un aleteo
estoy soñando tantas cosas al mismo tiempo
que mejor no me despierten.