jueves, enero 08, 2004

Notas de un viaje a la playa IV

5 de enero
Alrededor de las 9 de la mañana

Un barco petrolero atravieza el horizonte. Lentamente. De poniente a oriente. Vacío, según podemos darnos cuenta por la línea de flotación. Recuerdo un libro de Álvaro Mutis. La tirste historia del Tream Streamer. La vida.. Así cruza el horizonte infinito del tiempo. Aparecemos en el oeste y desaparecemos una nada después en el este.
Anoche tuve frío. Mucho frío. Extrañé la presencia de alguien a mi lado. De menos una buena bolsa de dormir. Debo regresar a esta playa. Debo viajar, viajar. ¿Qué sorpresas espaeran al etorno?

Después de un desayuno
consistente en tortillas de harina
con jamón

Hace rato una tortuga se encaminó al mar desde la playa. La gente que acampa aqui corrió para verla de cerca. Yo observaba desde la pequeña colina en la que se encuentra la palapa donde instalamos la casa. Espectador de una película. Era curioso como se movían todos a la distancia. Los moviemientos de las manos, imaginar las platicas...

Terminé de leer "Paris no se acaba nunca" de Vila-Matas. Libro bastante bueno con algunos párrafos y citas que calaron hondo, también anécdotas divertidas y la certeza fantasmal de que quiero vivir en París, y que al menos para mí será complicado pues mi padre no enviará jamás un cheque mensual para sobrevivir, no porque no quiera, porque no tiene. Me queda pues la idea de que para ser escritor debo escribir.

El jueves pasado en Guadalajara tuvimos día ublado. Me pregunto, hoy lunes que retorne, como estará el cielo y el clima.
Extraño rasurarme
Las olas invitan al mar.