domingo, junio 20, 2004

«Sufro, sufro, sufro…» pero también quiero ser estrella de rock o de menos DJ

Parte I
Lo que sucedió el viernes

La portada del Cd de San Pascualito Rey

Dime si muero
Primero
Que tú

Yo acá te espero
Sincero
Como siempre fui


Todo comienzo es viernes
Suena el teléfono. Era Brita Urias que me pregunta si tengo plan. Lo pienso por unos segundos. Recuerdo que esa noche se inauguraba una exposición de Javier Campos Cabello y además contaría con los cuadros de pintores de su misma generación y de otros más jóvenes influenciados por él. Brita me decía que ella y Trilce tienen pensado ir a la Mutualista al concierto por el primer año te Tomarte. El cartel es Eva Malva, San Pascualito Rey y Puras mentiras. Eva malva son los de Troker pero en otro estilo. A San Pascualito Rey no lo había escuchado a pesar de que Adrián Aviles los viene recomendando desde hace por lo menos seis meses. Y al final recuerdo que en Puras mentiras toca un amigo de Maldonado (quien por cierto no estaba en la ciudad porque se inauguraba este mismo día una expo suya en Tepic), y que inclusive había un proyecto de hacer un performance con ellos. De entrada no se me antojó ir a la Mutualista porque estas mismas bandas tocarían al dia siguiente en Puerta 22, pero como no tenía plan, negocie con Brita que nos encontremos en el exconvento, vieramos la exposición y de ahí nos pasaramos al bar.

Si muero
Primero
Regresarás a este lugar
Si muero
Te espero
Y espero…


Del (ex)convento a la mutualista (con paréntesis)
Al final Brita y yo nos vimos a la entrada del edificio administrativo de la U. de G. Nos encontramos con Lili y la invitamos al concierto. El Comandante tenía ensayo así que lo más seguro era que no podrían acompañarnos. Esbozos de lluvia. Escala en el Sept Once para comprar cigarros. Cuando llegamos al exconvento ya había un gran número de personas cuchicheando bajo los naranjos del patio y en la explanda que da hacia avenida Vallarta. Ahí nos topamos con Adrián. Saludos afectuosos. Escuchar de nuevo su recomendación musical. Trilce pasó sin vernos y sin escucharnos porque traía sus audífonos. Al rato llamó al celular de Brita para preguntar dónde andábamos. De nuevo saludos afectuosos. Llegaron Lulú Sánchez y Francisco Armenta pero ella tenía que escapar a la Fuente a hacer una entrevista, Adrián se fue con ella pero quedamos de re-encontrarnos en la Mutua. Se inauguró pues la exposición. Las hordas sobre el tequila y las botanas.
     La obra de Campos Cabello me conmueve. Es oscura y parca. Figurativa pero no del todo realista. Sus personajes fantasmales y vampíricos. Hay en los lienzos una ausencia que atosiga. Una soledad terrible. Luz que agoniza.
     Los cuadros de los amigos e influenciados también interesantes, como siempre unos más que otros. Prometí volver para contemplar los cuadros en soledad y sin el oportunismo que colma las inauguraciones.


(El paréntesis
A manera de nota de sociales.

A los que saludé:
Gustavo García “El pato”, Héctor Javier Ramírez, Luis Martín Ulloa, Ulises Zarazúa, la chica Rémora Alejandra Chavero, Mauricio Ramírez, Paty Vilo —que no me conocía, Benito Zamora —tampoco me conocía salvo por rumores de que trabajaba en una revista llamada Zona Rosa…—, Iván Villaseñor al que invité a la presentación porque no lo había visto desde que me entregó sus dibujos, Humberto López Trejo, Marco Gabriel García y a Elisa Zamudio.

A los que ví pero no saludé:
Ricardo Yañez, los arlequines Felipe Ponce y Alejandro Zapa.

El descubrimiento:
Una exposición titulada El ojo y el espejo de un pintor llamado Jorge Rocha. Me enamoré del cuadro “La nota”. Me parece que puede ser un buen pretexto para algún cuento. Pero también me enamoré de las mujeres con cuerpo de adolescentes que pueblan sus pinturas. Cuadros que desde mi punto de vista están llenos de una sensualidad a flor de lienzo, de un erotismo a la Navokob, ninfetas que mis ojos no podían dejar de seguir ardiendo en deseo).

Un cuadro de Jorge Rocha

Dime si muero
Primero
Que tú

Yo acá te espero
Sincero
Como siempre fui


Los cinco minutos de fama de Brita Urias
Pues ahí vamos rumbo a la mutualista Brita, Trilce y yo, después de estar esperando a varios amigos entre ellos Lizzy Zamudio y a Ulises Zarazúa (próximo autor Paraíso Perdido). Cover de $ 20.00. A Brita la dejan pasar «porque es de radio universidad», Trilce tiene que sacar la credencial de prensa y también entra gratis, yo pago mis veinte pesos. Lo peor que no incluye ninguna bebida. Poca gente aunque eso si no hay lugares. Todas las mesas ocupadas. El sonido desastrozo. Es Eva malva. No me agrada como suena. Pero no sé si es por el grupo o por el audio. Nos dirigimos a la barra. Trilce compra un Vodka Tonic que nos vamos rolando entre los tres. Poco a poco va llegando la gente que andaba en la exposición de Campos cabello pero hasta ese momento me siento defraudado, pagar veinte pesos para esto. En la barra nos dicen que si queremos botana se la pidamos a un mesero, ni mesa tenemos así que desistimos. Terminamos sentados en el piso, enfrente y a unos metros del escenario. Los de Eva Malva se ponen a brincotear buscando prender a los asistentes. Nadie se suma. Hay una chica que de lejos me parece Vero Sainz pero no era, sin embargo su presencia sería importante en las próximas horas. Invito el segundo Vodka Tonic de la noche. Después Brita invitaría otro. Y terminaríamos con cervezas. Adrián y Lulú llegaron y encontraron mesa. Lizzy también. Ulises sólo saludó de lejos. Terminado el concierto y en lo que los de San Pascualito conectaban su equipo. Juan Carlos Urive comenzó la entrega de los Tomawards. El trofeo: un puño cerrado tamaño gigante. Anuncia entonces que Radio Universidad se gana el premio como mejor estación radiofónica por su labor de apoyar la difusión de la cultura (¿había competencia?). Brita corre al escenario y toma el puño. Recibe abrazos. Felicitaciones. Sólo faltó que sacará el discurso de su bolsillo. Que bueno que se contuvo: un par de horas después me presumiría el papel donde lo había escrito. Comenzaba dando gracias al Señor todopoderoso, creador del cielo y de la tierra... por el premio, mandaba saludos para Carlos Ramírez el director y para Ricardo Salazar el jefe de noticias, en seguida una larga de lista de nombres, pero eso sí, todo en francés, ni modo que no. «Lo más curioso» le comentaba a Trilce «es que ella ya no trabaja en radio universidad».

Si muero
Primero
Regresarás a este lugar
Si muero
Te espero
Y espero que mueras ya


Azoro ante el Dark arrabalero
(con todo y el pésimo sonido)

Y ahí estábamos Adrián, Brita, Trilce y yo de pie frente al escenario. El primer acorde. El sonido pésimo, sin embargo el estar tan cerca del escenario nos ayudó a escuchar mejor que los del fondo. El sonar de la batería. Una voz aguardentosa con reminiscencias de Corcobado y Bunbury. Y una fuerza como yo no había sentido desde La Barranca o Santa Sabina. Ritmo acompasado. Danzón oscuro, pero no danzón. Atmósfera de arrabal y depresión. Las imágenes de Campos Cabello en mi mente. Una hermosa chica de escotada playera bailando abrazada a su novio. La miro. Era la que había confundido con Vero. Me observa. Sus ojos brillan. Abre la boca, un par de afilados colmillos. Un guiño. Un cuello virgen y blanco. Y la voz de Pascual Rey llevándonos a escenarios de historias carentes de rebuscamientos, escenas directas de muerte y pasión. Sí, la música de San Pascualito entró a mis venas. Y ahí sigue hasta el momento en que escribo esto.

Moriras hoy
Morirás


De cómo nos convertimos en Gruppies
«Qué se van a La Santa. Que se van a La Santa». Y nos fuimos a La Santa.
     Llegamos justo cuándo los de San Pascualito descargaban sus instrumentos. En el lugar no había mucha gente. La chica vampiresca llegó y volvió a sonreírme. ¡Ah esos colmillos!. Enrique Blanc andaba por ahí así que nos saludamos y comenzamos a hablar de su proyecto Re-cuento y de una novela que tiene en proceso de escritura. Lo invité a publicar en La Voz de la Esfinge. Pero de todo esto no puedo estar tan seguro, no se que tan fiel sea mi memoria. Adrián nos presentó a Pascual el vocalista del grupo y a Adolfo quien según los créditos del disco es encargado de «las liras, efectos especiales, theremin y acordeón». Abrazo y toda la cosa, aunque sé que mañana no se acordarán de nosotros. Una ronda la invita el buen Áviles. La otra Leo, un amigo de Adrián que trabaja también en la radio. Termina el concierto. Aplausos. Más aplausos. Tuvimos el privilegio de estar un concierto privado y personal. Hora de partir. Adrián y Lulú se quedan. Brita, Trilce, Leo y el que esto narra nos retiramos. Había prometido llevar a Brita a su casa, sólo que el auto estaba a quince cuadras de ahí, estacionado afuera de mi casa. Salimos pues al aire fresco y a cenar. Saciada el hambre caminamos por el camellón de Chapultepec hasta Morelos y ahí dimos vuelta para llegar al depa. Todos a bordo. La luz del coche iluminó la oscura calle.

Espero que mueras hoy

Amanecer en la azotea
Dejé pues a Brita en su casa y a Leo cerca de la suya. Trilce decidió quedarse conmigo y seguirla. Era una seguirla sin alcohol. Todo se había consumido. Subimos a la azotea y nos quedamos platicando mientras a nuestros pies la ciudad y sus habitantes iban recobrando vida. Eran sus historias y luego las mías. Eran las campanas de un templo cercano. El descenso. El colchón de la sala que recibió a Trilce como a tantos otros amigos y el de mi cuarto que me esperaba. Dormir fue instantáneo. Soñar.

Sigo soñando...

1 Comments:

Blogger Dennys Sanborns (AKA Juan Cabeza de Vaca) said...

coincido, san pascualito tienen algo de la barranca y de corcobado.

Saludos

12:31 a.m.  

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