lunes, agosto 02, 2004

Fin de este blog

Saludos amigos:
Este es un mensaje para avisarles que este blog ha llegado al fin de su ciclo.
Los primeros textos son de Agosoto de 2003 por lo que cumplo un año en el mundo blogger. Punto final.

Pero la materia no se crea ni se destruye tan sólo se transforma

toda esta locura escritural continua en

Los detectives salvajes, volumen II


espero que me sigan visitando y actualizen sus links...

martes, julio 27, 2004

Últimas noticias del Jiménez

Aunque aún no se sabe a ciencia cierta que ha sido de él, tenemos algunas líneas nuevas. Ojalá este aperitivo les abra el apetito para lo que sigue...

"5. Out of season
Cuando abrí el periódico y vi la fotografía recordé la sangre manchando la chamarra. Minutos antes, al despertar, había decidido convertir lo sucedido la noche anterior en un mal sueño."

sábado, julio 24, 2004

The magical, mistery post...

01
Aclaración

Los últimos días he librado una guerra a muerte con el asqueroso Explorer de la compañía de Bill Gates. Ignoro las razones por las cuáles Microsoft pretende sabotear mi libertad de expresión. De buenas a primeras, sin aviso alguno, la vista de mi blog en el explorer, como muchos de ustedes se dieron cuenta, impedía ver la barra lateral y la columna principal en un mismo momento. Cambié anchura, alineación, incluso el "skin" por uno más tradicional (perdiendo mis links por supuesto, y el tag, y los comments... etc.) y tampoco funcionó. Incluso en el explorer de mi computadora ni siquiera puedo ver mi blog, al abrirse marca un error irrecuperable...
Pero hay una esperanza: El netscape o en su caso el Mozilla. En este par de navegadores los problemas han sido menos, y si quieren disfrutar del nuevo blog al 100% sin divisiones ni perdidas pueden utilizar estos navegadores o bien bajarlos e instalarlos en sus computadoras. Comienzo mi campaña Versus el Explorer. Gracias por su paciencia.
Me gustaría decir que este blog es el mismo pero con unas cuantas opciones más, con algún plus, quizá lo tenga pero no estoy seguro. Ya veremos como se van dando las cosas, como en todo. Por lo pronto, lo que si aseguro es que será un posteo largo, para que le den lectura como mejor prefieran, de corrido, o bien en varios días... ya les explicaré porqué.

02
Tokio ya no nos quiere

Parece que Jiménez andaba en Tailandia o algo así. Y parece también que lo deportaron, pero él no recuerda de nada. Lo he visto de lejos al momento de su llegada al aeropuerto, algo grave le ha sucedido, se veía demacrada y con la mirada en blanco, si es que ese término se puede emplear. Al parecer ingirió una droga para olvidar sus recuerdos. Su misión había sido ir en busca de un traficante legal de esta droga, el cual comenzó a vender algunas cantidades para su beneficio sin el permiso de su empresa. Creo que el comandante fue obligado a ingerirla olvidando entre otras cosas su misión. Confiemos que su recuperación sea lo más pronta posible. Pero lo que el olvido se lleva, ya no puede volver...

03
Que he hecho yo para merecer esto...

Algunos amigos se han preocupado por el silencio y los problemas que ha tenido este blog. Les anuncio que después de varios meses de intentar la freelanceada (y lo diré de manera elegante) he recibido la invitación de un amigo para trabajar en su empresa. Seguiré haciendo lo mismo que hacía por mi cuenta, quizá un poco menos de diseñó pero si pre-prensa e impresión principalmente. Esto me hace suspirar de alivio porque las deudas me tenían agarrado de ______________ (elija usted donde prefiera que le agarren las deudas). Como ahi no tienen internet y mi horario es prácticamente de todo el día, es obvio que no podré escribir en el blog con tanta continuidad como antes. Por eso este fin de semana trataré de hablar de varios temas que he venido pensando y por qué no, un poco de mis nuevos días. Pero si tienen trabajo de diseño o impresión de libros, revistas, catálogos, etc... no duden en decírmelo.

04
Más sobre Auster

Experimentos con la verdad

En "El cuaderno rojo" libro contenido dentro de "Experimentos con la verdad", Auster cuenta como fue que surgió la historia de su novela "Ciudad de Cristal". A ustedes queridos lectores les resultará conocida... los dejo con él:

"13
Un número equivocado inspiró mi primera novela. Una tarde estaba solo en mi apartamento de Brookiyn, intentando trabajar en mi escritorio, cuando sonó el teléfono. Si no me engaño, era la primavera de 1980, no muchos días después de que encontrara la moneda de diez centavos frente al Shea Stadium.
Descolgué, y al otro lado de la línea un hombre me preguntó si hablaba con la Agencia de Detectives Pinkerton. Le dije que no, que se había equivocado de número, y colgué. Luego volví a mi trabajo y me olvidé de la llamada.
El teléfono volvió a sonar la tarde siguiente. Resultó que era el mismo individuo y me hacía la misma pregunta que el día anterior: «¿Agencia Pinkerton?» Volví a decirle que no, volví a colgar. Pero esta vez me quedé pensando qué hubiera sucedido si le hubiera respondido que sí. ¿Y si me hubiera hecho pasar por un detective de la Agencia Pinkerton?, me preguntaba. ¿Qué habría sucedido si me hubiera encargado del caso?
A decir verdad, sentí que había desperdiciado una oportunidad única. Si ese individuo volviera a llamar, me dije, por lo menos hablaría un poco con él e intentaría averiguar qué quería. Esperé a que el teléfono sonara otra vez, pero la tercera llamada nunca se produjo.
Después de aquello, empecé a darle vueltas a la cabeza, y poco a poco se me abrió un mundo lleno de posibilidades. Cuando me senté a escribir La ciudad de cristal un año después, el número equivocado se había transformado en el suceso crucial del libro, el error que pone en marcha toda la historia. Un hombre llamado Quinn recibe una llamada telefónica de alguien que quiere hablar con Paúl Auster, detective privado. Tal y como yo hice, Quinn responde que se han equivocado de número. A la noche siguiente, pasa exactamente lo mismo: Quinn cuelga otra vez. Pero, al contrario que yo, Quinn tiene otra oportunidad. Cuando el teléfono suena la tercera noche, Quinn le sigue el juego al que llama, y se hace cargo de la investigación. Sí, dice, yo soy Paúl Auster: entonces comienza la locura.
Quería, sobre todo, permanecer fiel a mi primer impulso. Si no me ceñía estrictamente a la verdad de los hechos, escribir ese libro carecía de sentido. Así que debía implicarme en el desarrollo de la historia (o implicar a alguien que se me pareciera, que se llamara como yo), y escribir sobre detectives que no eran detectives, sobre suplantación de personalidad, sobre misterios irresolubles. Para bien o para mal, sentí que no tenía elección.
Muy bien. Terminé el libro hace diez años, y desde entonces me he dedicado a otros proyectos, otras ideas, otros libros. Pero, hace menos de dos meses, descubrí que los libros no se terminan nunca, que es posible que las historias continúen escribiéndose a sí mismas sin autor. Estaba solo en mi apartamento de Brookiyn aquella tarde, intentando trabajar ante mi escritorio, cuando el teléfono sonó. Era un apartamento distinto del que tenía en 1980: otro apartamento con otro número de teléfono. Descolgué el auricular y, al otro lado de la línea, un hombre me preguntó si podía hablar con el señor Quinn. Tenía acento español y no reconocí su voz. Por un momento pensé que era un amigo que quería tomarme el pelo. «¿El señor Quinn?», dije. «¿Es una broma o qué?»
No, no era una broma. Aquel hombre llamaba completamente en serio. Quería hablar con el señor Quinn, y me rogaba que le pasara el teléfono. Ee pedí, para estar seguro, que me deletreara el nombre. Tenía un acento muy fuerte, y yo esperaba que quisiera hablar con el señor Queen. Pero no tuve tanta suerte: «Q-U-I-N-N», respondió el hombre. Me asusté y, durante unos segundos, no pude articular palabra. «Lo siento», dije por fin, «aquí no vive ningún señor Quinn. Se ha equivocado de número.» El hombre se disculpó por haberme molestado y colgamos.
Esto ha sucedido de verdad. Como todo lo que he escrito en este cuaderno rojo, es una historia verdadera."
1992

05
Lo que escribí el 21 de Julio:
Entre paréntesis

1. La vida nueva
He vuelto a la vida de empleado. La que dije odiar. No todo es tan malo. Finalmente estoy trabajando en prácticamente lo mismo que intenté hacer de freelance y probablemente pueda conservar algunos clientes. Quizá la parte del diseño editorial quede un poco relegada, ahora estoy del otro lado: en la formación, en la preprensa en la impresión. El horario de locos: de 9 de la madrugada a 6 de la tarde. Pero las horas extras son cosa de todos los días. De cualquier modo me gusta. Sí, extraño un poco el tiempo libre. El estar en la cama. Pero al menos sé que al final de la semana algunos billetes caerán en mi bolsa, lo que por supuesto siempre brinda tranquilidad. El problema básicamente es de tiempo. De tener pendientes como pagar impuesto y la titulación y ver a qué horas lograré escaparme. En el trabajo no hay internet así que adios al chat, sólo en las noches. Dejo saludos pues a todos los lectores. Espero que el cansancio no sea mucho agobio y poder postear de vez en cuando.

2. Comandante Jiménez

Ayer por la noche encontré en la bandeja de entrada de mi correo electrónico un escueto recado del comandante. Lo transcribo: “Ni piensen que estoy muerto, sólo andaba de parranda, y que parranda…”. Supongo que con ello su retorno será próximo.

3. Entre paréntesis
Este es el título del libro más reciente y por supuesto póstumo del querido Roberto Bolaño. Un volumen de poco más de 360 páginas en el que podemos leer los variados artículos que publicó en revistas y periódicos así como algunas conferencias y ensayos. Llevo apenas 30 páginas y no hay desperdició. Ya lo saben, ¿dónde más que en Anagrama? (He imaginado una edición de Rayuela en Anagrama, ¿no sería genial?)

Entre paréntesis

Transcribo algunas cosas que ya están subrayadas en mi libro:
"[…] Y llegado a este punto tengo que abandonar a Jarry y a Bolívar e intentar recordar a aquel escritor que dijo que la patria de un escritor es su lengua. No recuerdo su nombre. Tal vez fue un escritor que escribía en español. Tal vez fue un escritor que escribía en inglés o francés. La patria de un escritor, dijo, es su lengua. Suena más bien demagógico., pero coincido plenamente con él, y sé que a veces no nos queda más remedio que ponernos demagógicos, así como a veces no nos queda más remedio que bailar un bolero a la luz de unos faroles o de una luna roja. Aunque también es verdad que la patria de un escritor no es su lengua o no es sólo su lengua sino la gente que quiere. Y a veces la patria de un escritor no es la gente que quiere sino su memoria. Y otras veces la única patria de un escritor es su lealtad y su valor. En realidad muchas pueden ser las patrias de un escritor, a veces la identidad de esa patria depende en grado sumo de aquellos que en este momento están escribiendo. Muchas pueden ser las patrias, se me ocurre ahora, pero uno solo el pasaporte, y ese pasaporte evidentemente es el de la calidad de la escritura. Que no significa escribir bien, porque eso lo puede hacer cualquiera. ¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio: a un lado del abismo sin fondo y al otro lado las caras que quiere, las sonrientes caras que uno quiere, y los libros, y los amigos y la comida. Y Aceptar esa evidencia aunque a veces nos pese más que la losa que cubre los restos de todos los escritores muertos”.



lunes, julio 19, 2004

Territorios de un cuerpo

El poema que transcribo apareció publicado en el número 257 de la revista Vuelta, número que Carlos Maldonado ha tenido a bien prestarme, demostrando además que los pintores son en muchos casos excelentes lectores.
Sobre el autor lo único que se es que estos poemas pertenecen al libro El final del invierno, con el que obtuvo el X Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe.

la dedicatoria la agregué yo...

                   para ti, Ruth, ojalá te gusten tanto como a mi...

Territorios de un cuerpo
Jenaro Talens

                   Si te miro a tí,
                   que salga el sol o no salga
                   ¿qué me importa a mí?

                   Camarón de la isla

I

Hermoso es el desorden de mi pensamiento.
Yo no sigo el ejemplo de los más ancianos:
busco lo mismo que buscaban.
Por eso, en esta diáspora de tí,
sé que el silencio que nos cubre es esto,
dos bultos que se pliegan y se envuelven
para volver de nuevo hasta su soledad.
Compruebo que es abril, que el invierno termina
y que incluso las flores son felices.
Soy como ellas, no pregunto nada;
y me limito a estar sobre tu cuerpo
como quien mira sin temor, de frente,
un eclipse
de sol.


II

Déjame ser el huésped de tu boca,
la lentitud con que el calor recorre tu desnudo.
Soy como el frío de una noche desierta,
pronto a buscar cobijo en los derrumbaderos
donde hace nido la melancolía»
Hay tanto resplandor, la luna es tanta
que me deslumhras con la calidez
de tu silencio, y me sumerjo en ti.

Nunca pensé una eternidad tan cerca.


III
Cada nuevo clima
es, al cabo, costumbre, y yo, extranjero.
El día ha caducado
y va a empezar la oscuridad.
Déjame que me oculte junto a ti,
en el frondoso bosque de unos ojos
donde no cesa de llover.
Acurrucado entre sus matorrales,
aguardaré a que tu pasión me señale el camino.
Sé que el aire es más dulce donde crece la luz.


IV

Estoy tumbado al borde de tu claridad,
en la suntuosidad de una batalla
donde ninguno es vencedor,
y hasta el olor del cuarto,
donde rugen, insomnes, tu apetito y mi sed,
florece sin saberlo, como un musgo surgido
de mi humedad tan tuya, de un sendero
que nos conduce hasta ese mar sin olas,
la tierra azul donde se desordena
el centro mismo de nuestro candor, la espuma
en que consiste toda esta explosión, y, al fondo,
la lluvia que golpea las ventanas,
la lluvia siempre otra, insobornable,
con sus lentas espinas.


V

Apaga las estrellas,
desconecta el sol.
Quiero adentrarme a tientas
por los acantilados de tu piel,
reconstruir sobre tu boca
las letras, una a una,
con que dar nombre al fuego,
a la locura de saber que he visto
el cielo tan de cerca, o no, tan mío
que mi país se llama medianoche.
¿Quién eres? ¿Dónde estás? Qué importa,
si te elegí entre todas las estrellas.


VI

Descubrir los motivos de la aurora
es otra forma de pensarte,
asomado a la baranda del anochecer.
En cuanto a mí, no sé,
¿qué más puedo decirte?
Sólo que por tu causa
casi tuve el proyecto de durar.


VIl

Detrás de mi silencio oíste "no",
cuando quise decir un mar sin olas,
la polilla del tiempo, su escozor,
o el duermevela de un escalofrío.
De mi antigua ambición no queda nada,
quizá no más de un torpe balbuceo
quemado en el rescoldo de tu boca.
Déjame a solas con la muerte.
Para impregnarme de tu luz
fue necesaria la tiniebla.
Luego, al quebrar el alba,
con un desasosiego
que tiende a cofundirse con la oscuridad
busco tus ojos en los míos
para que me confirmen que viví. ¿Me entiendes?
También yo, como el sol, me pondré un día.
Escribiré un poema sin mujer, sin nada,
y al leer las palabras que dan forma a mi rostro
tal vez no adviertas que no estoy. Abrázame.
Pido la vez para apagar el sol.

__________________________________________________

P.S. Nada del comandante Jiménez, rumores de que anda en misión secreta. Información clasificada por supuesto.

sábado, julio 17, 2004

A punto de partir

Platicaba hace unos minutos con Trilce. Le comentaba sobre lo que escribí en el post que se borró. Decía que poco a poco los bloggers, escritores o no, se ven más sueltos con el lenguaje, con la escritura. Eso de escribir casi cada tercer día por supuesto que debe ayudar. La práctica.... Si uno se agarra leyendo los blogs desde sus primeros posteos hasta los más rcientes podrá ver esa evolución, acaso ni siquiera percibida por los mismos bloggers. No quiero decir que con esto ya todos seamos escritores o que estemos tocando la lira de Apolo, pero de que el lenguaje se mueve, se mueve. No sé en que terminará este crecimiento blogger. No soy profeta y no me animo a decir que se trata de una revolución. Lo que si sé es esta provocando que personas desconidas esten conociendose y sobre todo comunicando cosas sobre sus vidas, y lo más difícil sobres sus pensamientos y sentires. Todo eso debe significar algo.

***

Llamó Carlos Maldonado. Pasará en unos minutos por mi. Iremos a la Puerta 22. Supongo que lo necesito después de un día de encierro aqui en la Torre trabajando en el diseño de "La rueda" (bajando musica de Interpol —Turn on the bright lights, Antics y un concierto), Mo`horizons, Lamb, entre otros) la Torre que espero se convierta en El País de las últimas cosas.

***

Curiosamente en últimos días ha coincidido que en varios blogs se habla de Auster.



***

Todo es tan extraño a veces. Es que el entregarse ¿embrutece tanto? ¿Empanica tanto?
A ti te deseo lindos sueños, un abrazo y un beso.

***

Tschau

Llegó Carlos...

viernes, julio 16, 2004

Después de perderlo casi todo

Dibujo de Héctor Javier Ramírez


Uno va al cine a esconderse
a dejarse llevar por la película y llorar llorar
[o reír de cuando en cuando.

Ahí en la sala, con la ausencia a derecha e izquierda,
no queda nadie más
y estamos sentados con el nudo en la garganta
y los recuerdos a flor de ojo
con el temblor que va de la mano al cuello
inútil resistencia, lágrimas desbordadas
mientras el suspiro se ahoga en un falso murmullo.
Así se va el tiempo, así se abraza uno mismo
y después: volver a esas calles tan lejanas
y llueve, llueve, llueve
y pienso que no hay nadie más solo


solo solo



01
Este poema forma parte de la elección que hicieron de mi trabajo en "Poesía viva de Jalisco" y formará parte de otra antología hecha a partir de la antología ya publicada (a mi ni me digan que yo no tengo nada que ver con eso). 100 serán los autores y sólo uno el pomea publicado, el cuál va ilustrado por la obra de un pintor. Cuando me pidieron que les propusiera a alguien para trabajar con mi poema, nombre a mis amigos pintores más cercanos, los antologadores me dijeron que desgraciadamente ya estaban "apartados". Cuando yo les pregunte me dijeron que ni enterados estaban. Afortunadamente al buen Héctor Javier Ramírez no lo tenían "apartado" e hizo el dibujo que acompaña este poema...


02
A las nueve de la noche de este viernes comencé a escribir en este post. En el daba rienda suelta a mi frustración. A un noche de viernes aburrida... es la maldición había dicho Maldonado por la tarde cuando me llamó para saber si tenía algún plan. Ningún plan. Quyedarme en casa. Leer. Intentar escribir. Seguir trabajando en "La rueda" que nohe podido terminar. Estar Furioso con la gente de la imprenta que no entregó el trabajo a tiempo, tener que dar la cara cuando la persona que pidió el trabajo llamó preguntando por él. "Lo sabía" fueron quizá las palabras que surcaron su mente cuando se lo dije. Pero ya sabemos como son los azares del blogeo. Un botón equivocado y adiós a todo... Ahora son las once quince de la noche. Es sorprendente como ha cambiado mi humor desde entonces...


03
Ritmo y melodía
 
Participar: de eso se trata en ambos casos. Participar quiere decir hacer que otros tomen parte en lo que tenemos dentro.

[...]

La cadencia métrica es siempre la misma. El ritmo, en cambio —la  especial tensión y vibración interna—, es distinto en cada caso.

[...]

El metro es lo exterior, el ritmo lo interior; el metro es la regla abstracta, el ritmo la vibración que confiere vida; El metro es el siempre, el ritmo el Aquí y el Hoy; el metro es la medida transferible, el ritmo la animación intransferible e inconmensurable.


Imagen y metáfora

En la poesía lo esnecial es vivir las palabras en toda su virginal plenitud de sentido y plasticidad; la intuición se eleva sobre la comprensión, la imagen sobre el concepto.

[...]

La poesía no se trata de una figuración estática, sino en movimiento, en devenir.

[...]

Podemos saber que una obra es o no es poesía según que su forma poética sea sólo cáscara o ya en si misma la semilla, según que sea mera cobertura o ya por sí contenido.

[...]

La poesía es arte que se manifiesta por la palabra. Toda poesía falsa se traiciona porque su forma verbal es sólo cobertura, en vez de ser el modo forzoso e intransferible de aparecer un contenido, una interioridad

[...]

La auténtica metáfora jamás nace sólo de una comparación consciente

[...]

La prueba para distinguir la poesía de la no poesía es la imposibilidad de traducir la poesía

[...]

La metáfora poética logra fundir en unidad convincente imágenes que en la experiencia están separadas, y hasta son incompatibles

[...]

La poesía logra abarcar de un aletazo la totalidad de lo existente, conjurar de un golpe lo más cercano y lo más lejano. Aquello que para nuestra experiencia está y permanecerá siempre rígidamente separados se  une y mezcla en virtud del hechizo poético.

La poesía, Johannes Pfeiffer, FCE Brevarios No. 41


miércoles, julio 14, 2004

Sin palabras aún...

Es la desesperación del silencio. No a la hoja en blanco. No es tampoco falta de musa. No al menos una musa real, palpable más de carne que de hueso. Se trata del remolino que se lleva las palabras exactas para expresar lo que se vive, lo que se quisiera comunicar. El limbo. El miedo a lo nuevo. A lo desconocido. A lo porvenir. Llegar a un punto intermedio donde los sueños apenas se vislumbran. Y no es la claridad de la vigilia. Ahora estoy en pausa. A la espera de resultados y cuerdas tensadas ajenas a mis manos. Como casi todo. Empeñarse hasta las últimas consecuencias en seguir firme en el credo particular. Instantes de intuición e incertidumbre... de seguir sin palabras... quizá sin ideas... en silencio.

Pero no todo es silencio. Para continuar con Paul Auster, transcribo un fragmento del texto que el escritor David Miklós publico en sábado de uno más uno, el cual completo acompañaba las ilustraciones del post anterior. Hasta luego

Donde las calles no tienen nombre.
Paúl Auster pudo haber muerto muchos años antes de escribir su primera novela, Ciudad de cristal (1985). Cuando era adolescente, nuestro escritor se encontraba de paseo por el campo y dejó que uno de sus compañeros pasara primero bajo una barda de alambre de púas, en plena tormenta eléctrica. Su amigo sufrió el impacto mortal de un rayo. Según Auster, esa catástrofe le estaba destinada, pero cedió el paso a su compañero y sobrevivió de chiripa, como suele decirse. ¿Cuál es la probabilidad de que algo así suceda? 24 años después, Paúl Auster publicó la primera parte de su Trilogía de Nueva York. La excusa es una llamada de teléfono equivocada que nuestro autor recibió en la primavera de 1980. Un hombre preguntaba por la Agencia de Detectives Pinkerton. Lo mismo sucedió al día siguiente. Auster se preguntó qué hubiera sucedido si, en vez de decir que habían marcado el número equivocado, hubiese fingido que era un detective. Así nació la anécdota de Ciudad de cristal, novela que contiene a su propio autor como personaje secundario. Daniel Quinn, escritor de novelas de detectives, recibe una llamada extraña a altas horas de la noche, en la que preguntan por Paúl Auster, investigador privado. Cuando la llamada sucede de nuevo, Quinn finge ser Auster y toma el extraño caso de Peter Stillman y su mujer, Virginia. Quinn deberá encontrar al padre dé Stillman antes de que éste encuentre a su hijo y termine de destruirlo, una vez fuera de la cárcel. Ya avanzada la investigación, Quinn visita a Auster un escritor de carne y hueso, no un detective privado, para contarle lo sucedido. Como consecuencia de esa llamada, Quinn se verá condenado a una perdida gradual de su identidad, hasta volverse parte del paisaje. Como si lo hubiera matado un rayo. El caso, por supuesto, no se resuelve.

sábado, julio 10, 2004

La ciudad de cristal...

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De trinidades, lomos y emigrantes

La santísima trinidad de este blog

La santísima trinidad de este blog

En mi caso, hablar de autores de cabecera, más que una presunción es una profesión de fe. Un credo muy particular que no busca convencer a nadie de los milagros de uno u otro. Los adeptos pueden serlo por libre voluntad. A nadie quiero imponer mis gustos. Y aún dentro de estos tres no ubico, Padres, hijos y espiritus santos.

A Julio Cortázar lo comencé a leer alrededor de 1995 gracias a Martín Almadez (poeta de esta ciudad). En aquel tiempo yo cursaba la preparatoria, mis lecturas habían sido salvo excepciones, aquellas que marcaba el programa de la asignatura de Literatura española en la secundaria. Ya había escrito algunos versitos, dizque una obra de teatro y canciones para una supuesta banda de rock que formaríamos cuatro amigos, de los cuales ninguno sabía tocar ningún instrumento, de más está decir como acabó aquello.
     Cierto día, leí en el periódico una nota sobre una lectura de un taller literario con el nombre de "Julio Cortázar". Fue la primera vez que oí mencionar a un taller literario y también la primera vez que supe de Julio Cortázar. Ante la perspectiva de que alguien me pudiera orientar respecto a mis ansias literarias me llevó a anotar la dirección de donde se impartía y los horarios. El mencionado taller conspiraba las mañanas de los sábados en el auditorio del Museo de la ciudad. Llegué pues la mañana del sábado siguiente con la intención de buscar al mentado Julio Cortázar. Lo que vi me perturbó un poco, ningún tipo con apariencia de escritor, sólo muchachos y uno un poco mayor que ellos que algo decía de un cuento de Edgar Allan Poe. Algún sexto sentido me indicó callar, tomar una silla y aceptar la copia que me ofrecían. Grande fue mi asombro cuando tras la lectura y los comentarios del cuento (aquel del Gato tuerto), la siguiente copia que pasaron fue la de un texto titulado "Orientación de los gatos", aquel que comienza «Cuando Alana y Osiris me miran no puedo quejarme del menor disimulo...», cuyo autor desconocía resultó ser Cortázar. Martín, que hasta esos momentos yo creía Cortázar (y ahora no puedo menos que reírme de ese equívoco), reveló el nombre del autor y suspiré aliviado comprendiendo de inmediato el ridículo que por poco estuve a punto de cometer.
     Creo después cayó en mis manos El perseguidor, en la edición de libros super de bolsillo que algún tiempo editó Alianza Editorial, y que se vendían realmente baratos. Hasta que a mis 17 o 18 años el ladrillo llamado Rayuela pudo caer entre mis dedos y acompañó gran parte de mis viajes de la prepa hasta una oficina que mi padre tenía en la colonia las Aguilas.
     Por supuesto, a partir de ahi mi concepción de la literatura cambio... y esta historia no acaba aquí...

A Paul Auster no recuerdo con precisión cuando comencé a leerlo. Quizá gracias a Jazmín que supongo lo leyo gracias a su mamá, la escritora Guadalupe Ángeles. Sin embargo lo que me dejó marcado, y que recuerdo como principal motivo para elevar a Auster al culto que hoy le profeso fue curiosamente un comic. Originalmente publicado bajo el título Paul Auster`s City of Glass (Avon Books, Nueva York, 1994. Dibujos: David Mazzucchelli) y basado en la historia «Ciudad de Crital» incluida en Trilogía de Nueva York (editado por Anagrama), parte de los cuadros fueron publicados en el suplemento Sábado del periódico Uno más uno el 26 de febrero del año 2000, cuando Mauricio Montiel fungía como director del mismo en su segunda época, en un número dedicado en buena parte al escritor estadounidense. Como decía, ya había leído la famosa trilogía por lo que el contenido de los dibujos no era nuevo para mí. Lo que me emocionó, y que hoy, a pesar del tiempo transcurrido todavía no puedo explicar, fue la excelente adaptación del texto al comic. Lo que fue una de las escenas que en la versión escrita más me había alterado, en la que Daniel Quinn, el personaje principal, toca en la puerta de la casa de Auster, y Auster se convierte a si mismo en personaje, en estos pocos cuadros impresos en el periódico la magia de la literatura y el dibujo llega a ser magnífico a pesar de ser sólo un fragmento. No logro explicarlo, ni puedo entenderlo. Creo que quizá fue el vislumbre de la posibilidad de que la literatura no tiene que encasillarse al papel y al libro y a la letra. De que hoy más que nunca la posibilidad de mezclar diversas disciplinas puede ser una respuesta a la búsqueda de un "qué decir".
     Prometo escannear esos dibujos y subirlos al blog.

A Roberto Bolaño lo conocí a través del suplemento Babelia. Ni siquiera fui de los que se convirtió en seguidor a raíz del Premio Herralde que ganó con Los detectives salvajes. En Babelia hablaban de los mejores libros del año, un recuento creo de 1998 o de 1999. Entre ellos se encontraba esta novela. Confieso que la portada y el nombre habían llamado mi atención, pero imaginaba una historia de detectives estilo «Los intocables». Mi sorpresa fue mayúscula. El retrato del mundillo literario del DF de los setentas me encantó. El ritmo. El estilo. Para mí fueron tan refrescantes como en tiempos anteriores lo había sido Rayuela. El pasaje por ejemplo donde Octavio Paz y Ulises Lima se encuentran en el parque hundido, relatado por la secretaria de Paz, es simplemente genial. De lo mejor de la literatura en Español. Creo que lo que me enamoró de Bolaño fue ese tono escritural decadente, de resginación, derrotado, que tiene. Arturo Belano y su saga fragmentada sin ser por supuesto algo novedoso, se convirtió pronto en un personaje tan entrañable como Quinn, como La Maga, como Oliveira.

(continuará... bueno, tal vez)


Mis primeras lomos

Mis primeras lomo(tomías)

Jules me prestó a Holga. Fue la tarde que vimos una película rusa. Que los adultos en plenitud chacoteaban en la sala del cine como adolescentes en crisis hormonal. Que a la salida brillaba el sol y ella encandilada se apretaba las sienes que incesantemente la sangre martilleaba desde el dia anterior. Me había explicado el funcionamiento. No enfocar. Presionar y listo. Tomas extrañas. Sobre-exposiciones Y la libertad que me dio no tener reglas fue pasmosa. Pero al mismo tiempo intrigante. Como de pronto caer en una anarquía. Lo más sorprendete de este no tener reglas es que las necesitaba. Al menos unos cuantos pasos a seguir. La sorpresa ante un horizonte tan amplio por ,o mismo inabarcable. He aquí pues una selección de ese primer intento. Y me enamore... habrá más lomos...


Brita Urias, la petite fille de radio udg

Brita Urías, alias la Lia

Que la gente siempre se va. Que todo instante de por si es partida lo podemos comprobar practicamente todo el tiempo. En cada esquina un viaje. En cada blog un viaje. En cada palabra que sale de nuestras bocas. Así, esta señorita, muy afrancesada, tiene a bien abandonarnos para continuar sus estudios de la carrera de letras, que no de escritora, en el país donde la luz es siempre luz entre 9 y 10 de la mañana. Si mal no recuerdo se va en septiembre. Y acumula nuestras envidias. Consuelo, que no va a París... que era una fiesta según Hemingway y que nunca termina según Vila Matas. Esta fotografía fue tomada por uno de nuestros corresponsales en la ciudad Afgana de Tabul-hamid, cuando Brita se infiltró disfrazada de musulmana en un intento fallido por impedir la destrucción de los budas gigantescos, recordarán ustedes el episodio. Según fuentes de espionaje en realidad la misión fracaso porque se hizo amante de Bin Laden. Esta versión no esta confirmada. Sea lo que fuere, el desprestigio que le causó este fracaso la llevo a terminar como redactora y ocasional productora de noticias en Radio Universidad. Por lo pronto si la encuentra en la calle procure hablarle en francés, si se violenta puede ser peligrosa. Además aprovechamos este espacio para pedirle que por favor ya encuentre los negativos de las fotos más sexys que le han tomado porque se necesitan...
     ¡Te queremos Brita te queremos! Un abrazo

viernes, julio 09, 2004

«De lo perdido, de lo irremediablemente perdido, sólo deseo recuperar la disponibilidad cotidiana de mi escritura, líneas capaces de cogerme del pelo y levantarme cuando mi cuerpo ya no quiera aguantar más»
Roberto Bolaño

Libros leídos en Junio (¡que vergüenza!)

855 / Rafael Medina / ••••
856 / Harold Linton / Diseño de portfolios
857 / Vivian Abenshushan / El clan de los insomnes / •••••
858 / Óscar de la Borbolla / Manual de creación literaria / ••••
859 / Gabriela Aguirre Sánchez / La frontera: un cuerpo / ••••
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martes, julio 06, 2004

Mi primer día de peatón (tras vender el auto)

El texto en su versión original

Nunca saber por donde comenzar. En la hoja en blanco de mi cerebro se acumulan páginas y páginas de "ideas". Escribo sin orden, como van cayendo pues de ese limbo los pensamientos.

Terminé de leer "La poesía" de Johannes Pfeiffer, de donde he sacado pasajes ilustrativos sobre el tema que iré compartiendo con ustedes en próximos posteos.

Leo ahora "Sin domicilio fijo" de Tatiana Escobar que forma parte de la colección Amatuers de Paydos. Libro sobre «viajes, viajeros y sus libros». Ameno e interesante. Pienso en mis viajes. Los externos y los internos.

Pero también me distraigo con algo más ligero: Baby Cat-Face de Barry Gifford. Bueno, apenas comenzaré su lectura. En la cintilla que rodea el volumen se puede leer «Del mismo autor de perdita durango». Veremos.

De la antología "Poesía viva de Jalisco" no deseaba hablar. Ni una palabra era la consigna. Sin embargo, he leído comentarios en algunos otros blogs y escuchado opiniones tanto de amigos como de gente que no lo es que he decidido dejar constancia de mi opinión en este diario virtual. Si el retraso en la impresión se debió a problemas con los errores que se podían apreciar en el texto (erratas, versos cambiados de lugar o cortados, quisquillosidades de dos de los antologadores, etc..) el resultado final es desastrozo. Y lo es porque tenemos un libro plagado de erratas. Con correcciones que hicieron los autores que no se respetaron (mi texto tiene una errata). Con notables ausencias. Con páginas en blanco numeradas. Con nombres mal escritos. Si en su momento se denostó contra la falta de profesionalismo entre otras linduras y se esparcieron rumores venenosos, he aquí la muestra de que con el tiempo las cosas ponen a cada quien en su lugar.

Sobre el gran evento de presentación en sociedad del libro tal, escuché unos comentarios que de lo ácido llenaron de bienaventuranza mi corazón. «Como es posible que las jóvenes promesas, por cierto muy malas y sin aportar nada nuevo, permitieran ser tratadas de una manera tan machista que hasta fila hicieron para leer... es el colmo. Es buscar protagonismo. La poesía no necesita de protagonistas» (Sin palabras, yo no opino, no estuvé ahi).

La guerra por el poder ha llegado a uno de sus momentos más intensos en los últimos años. Justo cuando yo pensaba que ya se podía convivir entre antagonistas explota el fuego a discreción. Y cada día se suman más actores. Llegaron esta tarde dos correos de importantes escritores tomando partido por bandos diferentes. Declaraciones fuertes y duras. Lo que esas cartas revelan es que pronto veremos como las piezas se seguirán moviendo y como las posiciones quedarán aún más nítidas. Irremediablemente la neutralidad pareciera condenada a terminar. Justo hoy en la tarde me decían: «Te gusto o no te guste, tú y yo ya tenemos bando, no puedes decir que no, estamos ahi y es inevitable» Lo malo es que ese bando justamente lo encabeza alguien con el que las relaciones están muy muy distanciadas e irreconciliables.

Hoy fue mi primer día sin auto después de poco más de dos años. Lo bueno de andar en camión es poder leer. 100 páginas. Nada mal. Además decidí cargar conmigo la cámara digital y sacar fotografías (tal vez en un futuro las suba a la matrix). Me divirtió el ejercicio. Ella. Ella me esta contagiando de su creatividad. Y el corazón por cierto lo agradece. Mi otro yo, mi alter ego, tiembla de temor, aunque también se siente invadido de un placer que desde meses no sentía. De ilusión.

Mañana serán 20 años de ser distinto. Del origen. De la soledad. Del miedo a la partida. Del pánico a la muerte. 20 años. No lo concibo.

No más por hoy. suficiente.

P.S.
Ayer actualicé la historia del Comandante, pueden checarla. Y por favor dejen sus mensajes. No quiero pensar que esto es una botella tirada al mar...

domingo, julio 04, 2004

Bitácora virtual de viaje desde la Matrix

1. Yo también quiero ser un editor…
(o mi postura sobre lo de Parque Nandino)

Se veía venir desde la salida de Frank Lozano de la Secretaría de Cultura. Era cuestión de tiempo. No, no fueron los ula-ulas, es un enfrentamiento por el poder que ha venido creciendo en magnitud los últimos meses.
     Desde su nacimiento se sabía que Parque Nandino sería una revista parcial, con una visión no incluyente de la literatura, apoyada con dinero de la secretaría de cultura, y con escritores y editores jaliscienses en un consejo editorial que no tendría mayor función que el adorno y la justificación del proyecto.

Parque Nandino uno y dos

     Algunos desde un principio decidieron no participar. En mi caso, decidí aceptar la invitación de que mi nombre apareciera ahí por dos motivos, el primero que siempre he creído que si las cosas van a cambiar es participando en ellas de manera directa, y en segundo porque la visión de los editores sobre la línea editorial coincidió en mis gustos y búsqueda particular de la literatura.
A pesar de la cerrazón editorial los textos que se publicaron, lo mismo que los autores, me parecieron interesantes y propositivos. Por supuesto, se tomaron decisiones arriesgadas que causaron malestar, como por ejemplo nombrar jefa de redacción a la jóven e inexperta en esos menesteres Mónica López.
     Dadas las posturas irreconciliables entre ambas partes, sentarse a negociar era inútil. Pensar que quitarían las columnas de cuatro escritores representativos del grupo era de chiste.

Parque Nandino tres y cuatro

     Lo que si me pareció sorprendente fueron los costos de la revista. Quizá la cantidad que el editor recibía como sueldo ($15,000) provoque que los salarios de los editores se homologuen. Que nuestro trabajo sea revalorado (je, Je). Y si esto sucede, gracias León Plascencia Ñol porque nos permitiste a los pobre editores que lo hacemos idiotamente por amor al arte embolsarnos un poco más de dinero.
De cualquier manera, trabajar por el arte, con o sin presupuesto, con o sin el apoyo de los artista de renombre, debe seguir, finalmente, mi muletilla es que sólo el tiempo, la constancia y el trabajo serio pondrán a cada uno de los protagonistas de la cultura en su lugar.


2. La linda bruja del Nuevo Reino de León

Inés de la Rosa Zamboni

Quiero presentarles a mi amiga Inés. Esta fotografía se la tome en el viaje que hice a Monterreye en abril pasado. Aprovecho para enviarle un abrazo afectuoso y cálido. Ella sabe porque…

3. Y fui a ver a Molotov
Laura Covarrubias nos invitó a una parrillada. Quedé de pasar por Carlos Maldonado al Cuadrilatero a eso de las 10 de la noche para de ahí irnos a casa de ella. Estacioné mi auto por la Paz, a un lado del banco. En el interfón presioné el número Cinco varias veces. No hubo respuesta. Intrigado escribo un mensaje en el celular y se lo envío a Ray. Le pregunto por Carlos. Me dice que esta con ellos. Aprieto entonces el botón del departamento Uno. Pollo responde y abre la puerta. Carlos está con ellos. En realidad nada más con Pollo. Ray, me dicen, está en el Foro Alterno Belenes con Molotov y hay cambio de planes. Primero ir a Molotov, después con Lauro. Le marco al Comandante Jiménez para comentarle al respecto. Se suponía que estaría en camino pero sigue en su casa. Le comento del cambio de planes y prefiere abstenerse. Los fondos son pocos. A mi me explican que Ray meterá a Carlos y a Pollo. Dudo en acompañarlos. Igual me convencen cuando dicen que será fácil meterme a mi también. Llegamos pues a los Belenes donde ya se escucha la música de Molotov y el grito entusiasta de la gente. Ray no me esperaba así que no tiene pase para mi. Me pide que espere. Regresa en pocos minutos con el pase. Llegamos pues al concierto. No hay mucho público. Saludamos a Lulú Sánchez y a Mariana Islas. Con Ray esta su hermano. Saludos. Escuchamos seis canciones. Fallas en el sonido. Y el final apoteósico de Puto. No entiendo porque a la gente le gusta tanto esta canción. De ahí rumbo a casa de Laura. Parada de emergencia en el Gigante 24 horas de Providencia. No hay Corona. Cruzar la calle rumbo al Seven Eleven. Tampoco hay Corona. Seis de tecate. Uno por cabeza. Ahora si armados a casa de Laura. Pasarnos por una cuadra e inaugurar el doble sentido en Ottawa. En la cocina Nachita, Laura y otra amiga. Saludos. Ojos dilatados y misteriosos. Nuestra amiga en las nubes. La falta de costumbre. En la terraza más amigos de Laura. Benito Zamora y Helmut el dueño del Haus der kunst. Aburrido. Pensamos que llegaríamos cuando el carbón estuviera al rojo vivo y oh sorpresa aún no había nada de nada. Total que la anfitriona se desapareció y en el inter Carlos puso el Carbón, el estéreo se llevó a la terraza, Ray hizo varias llamadas y llegaron Ángel y un grupo de amigos, después más amigos de Ray, Adrián en taxi. Comimos. Tomamos. Platicamos. Laura reapareció. Risas. Despedida. A dónde seguirla. Que por la Santa. Y Ahí vamos. Nada. Ya había terminado. Llevar a Adrian a su casa. Dejar a Ray en La Paz y Enrique Díaz de León. Irme a casa a dormir. A soñar.

4 El señor de los anillos versión southpark

Parque Nandino tres y cuatro

No cabe duda que sin el humor esta vida sería de lo más aburrido. Me he carcajeado la última media hora viendo la versión Southpark de El señor de los anillos. Todo gira en torno a una película pornográfica que los personajes de esta caricatura deben retornar por supuesto enfrentando decenas de peligros: padres desesperados por recuperar el video. Chicos más grandes intentando robar el video. Y los protagonistas sin saber el verdadero contenido de la película. En fin que lo mejor es ver el capítulo en la tele. Tan memorable que lo he grabado.

5. Silencio
Voto de silencio en el blog por un par de días


6.
He vendido el auto. De nuevo soy peatón


Bitácora de laberintos

Agrego una nueva sección a este blog. Se trata del proyecto titulado "Bitácora de Laberintos". Como el nombre lo indica una bitácora de viajes que se han materializado más que nada en el papel, y ahora en el mundo virtual. La primera entrega es el prólogo del libro, en el que se explica como fue que surgió esta idea, cuál ha sido el camino recorrido y los resultados que se esperan. El prólogo, por cierto viene acompañdo de tres imágenes que realizó Juliette Magenta exprofeso para el mismo. Ojalá lo disfruten.

Ya conocen el mecanismo, dar click en link que dice "Bitácora de Laberintos" en la columna del lado derecho.

«Por azares del destino viví una corta temporada en París. Fueron pocos días y lo lamento. Cada metro recorrido, cada instantánea grabada en la memoria, son ahora imágenes dispersas en algunos textos, fotografías donde la plata y la gelatina recuperan fragmentos de un momento lejano que ahora parece irrealPor azares del destino viví una corta temporada en París. Fueron pocos días y lo lamento. Cada metro recorrido, cada instantánea grabada en la memoria, son ahora imágenes dispersas en algunos textos, fotografías donde la plata y la gelatina recuperan fragmentos de un momento lejano que ahora parece irreal»

viernes, julio 02, 2004

«Algún día brillará de nuevo el sol y a él me aferraré»

Para Ruth que es el mar, la noche, y el color…


No pierdas de vista la esencia
Que la indiferencia nos quiso robar
Te busco en el color Magenta
Que tu impertinencia borró al pasar

«Magenta» / Bushido


1. El camino del Samurai
«El Bushido es el código de conducta para el caballero combatiente. Para vivir de acuerdo con este código, un Samurai debería ser valeroso, honorable, motivado por un deseo de actuar con rectitud y justicia, ser misericordioso, veraz, cortés, leal, poseedor de un gran dominio de sí mismo y capaz del autosacrificio.»

«El énfasis del Bushido en la virtud militar de la bravura es inevitable y no requiere mayor discusión. No obstante está ligado de modo estrecho con la virtud del honor»

"Cuando se pierde el honor, es un alivio morir; la muerte no es sino un retiro seguro de la infamia".


a. En El Cuadrilátero

Siempre me levanto con la duda
De que pie pondré en el suelo
La izquierda o la derecha no están hechas
Mucho para mí


No quiso llevar ninguno de sus trabajos anteriores. Pánico escénico había confesado al mediodía. Jueves de taller, pero a esa hora de la tarde El Cuadrilátero parecía un templo dedicado a la meditación y al silencio. Los presenté y se quedaron solos para que hablaran. Únicamente con el tiempo se sabrá si este encuentro fue trascendental o quedará en el recuerdo de una tarde que se hizo fría. En las habitaciones del fondo Adrián y Francisco platicaban. Me eligieron para ir al modelorama por bastimento. Dije no. Después de unos minutos de charla me acerqué al cofre del tesoro, el baúl de los discos compactos. Adrián revisaba algo del material que se llevaría a la radio, yo estiré el brazo y cayó en mis manos el disco de Bushido. Hacía varias semanas que deseaba escucharlo. Alguna pieza habíamos oído el fin de semana pasado y no bastó para saciar mi sed. La requisa fue inmediata. Los reclamos, la carrilla también. Parece que mi crédito no estaba muy firme para pedir préstamos. Ella y Carlos regresaron. Risas. Comentarios chuscos. La duda. Quedarse o Partir. Salimos.


2. Un Samurai que son cuatro
Bushido es el nombre del disco y a la vez de un proyecto efímero encabezado por Enrique Bunbury junto con los integrantes de Elefante, Shuarma, Carlos Ann y Morti. Según las leyendas de la Web «Cuatro amigos que se juntan en Tarragona, España para grabar lo que se les apetecía en ese momento.»
     Siguiendo lo que difunde la internet: «Y aunque el disco aparece firmado por los cuatro, se intuye que la maquinaria Bunbury está detrás de todo, ya que parte de la instrumentación corre a cargo del Huracán Ambulante (grupo de giras de Enrique), y se rescata Desmejorado (canción escrita por Bunbury para el reflote de Raphael en su De vuelta).»


b. El encuentro

Desde que te has ido
No me siento tampoco muy en mi centro
Blanco y negro sólo son dos puntos
alejados entre si.


Nos quedamos de ver en Chapultepec. Tarde nublada que presagiaba lluvia. Yo a pie, acostumbrándome con anticipación a no más auto. Dos camiones que pasaron a toda velocidad. Leía el libro de portada roja. ¿Qué es la poesía?. Un mensaje en la pantalla del celular. Ella en camino. La luz de su sonrisa. Nuestros pasos nos llevarían a Casa Vallarta. Debía que rescatar mi vida de las manos del olvido. Caminar las anchas avenidas. Hablar y recordar sin decir una palabra a ese respecto que alguna vez, en una novela aún no escrita, los personajes también caminarían las mismas calles. En realidad pocas palabras. La historia que me trajo a estos días. Silencio. El sonido de las nubes al pasar. El zumbido de los autos presurosos.


3. Y hace tanto que…
¿Cuál es el secreto de las creaciones que convocan la lluvia en nuestros ojos? Esas letras sencillas. Esos cuartetos sin rima pero con el corazón en la mano. Cinco seis palabras por línea que derrumban nuestro ego. La empatía del dolor y la esperanza con nuestros latidos ¿Cuál es el secreto de grabar un disco sin mayor pretensión que por capricho, que derrama miel y nostalgia sin lograr del todo empalagarnos? ¿Acaso todo lo nuevo debe sorprendernos?. No. Bushido no es sorprendente, es apostarle a ese parte esencial del ser humano que son los sentimientos y esto, cuando además viene acompañado de una buena producción, siempre será digno de aplauso.


c. De la ruina y el futuro

Te esperare junto al sol
Que ilumina mi triste corazón
Tal vez porque tú me das
Algo más que una sola opción


«He tocado fondo», escribí una vez. Olvidé que no debemos ser tan contundentes. La realidad demuestra invariablemente que siempre hay más. Explosión de una bomba que se fue cargando con el paso de los días. Decisiones erradas. Arrepentimientos. Perdidas. La lluvia que nos quedamos esperando y no llegó. Un trolebús nos condujo al centro. La ciudad siempre viva. El semáforo para peatones en color verde. Un auto que espera el paso de la gente. Los agentes viales enfundados en su casaca naranja. En la plaza. En la explanada. Hablar de los árboles ahí plantados. Y dar vuelta. Pasar frente a La Fuente y su murmullo de parroquianos y cristales. El informador. El aviso de ocasión. Demasiado tarde. Hasta las siete de la tarde. Un día más con auto.

4. La portada
Bushido


d. Con lo que se ama hasta el fin

Siempre me levanto con la duda
De si estoy viviendo un sueño
Esa espera no tiene sentido
Si decides no venir


—Mira— le dije, y le mostré la contraportada del disco. —Trae tu canción. Magenta. Sonríe. Toma el disco. Lo observa. Después me invitaría de sus dulces de colores. Uno por uno, naranjas, morados, verdes, azules, rojos. Y me hablaría de los mazapanes que le regalaban para alegrarle sus días. De las palanquetas y las alegrías. Después fui yo el que siguió con las anécdotas, le conté aquella de la fiesta de quince años en la cual la madre de la festejada quiso apagar las chispas que salían de los cables del equipo de sonido arrojando el agua de una cubeta metálica. Reía. Luego nos pusimos serios. Hablamos de su historia. Del futuro. De jugársela por las cosas que más ama. La noche caía y la humedad del pasto nos trajo el frío. Se abrazaba. Y se veía tan frágil. Tan querible. Y las manos frías que tanto odia.


5. Lo único y lo efímero
«Bushido no realizará ni presentaciones, ni promociones, ni giras. Existe el disco y no existirá nada más».


e. Sería tan fácil perderse

Tal vez me conforme con el rastro
Que marcó este desconcierto
Tierra y fuego sólo son dos signos
Persiguiendo un mismo fin

«Te esperaré» / Bushido

Horas después, en el Calavera, en medio de todos los amigos, ni la cerveza ni la música lograron quitarme esa sensación de no fiesta que traía. Me recluí en la torre desde temprano. Tampoco escribir. Ni siquiera leer. Escuchar el disco. Escuchar su canción. Pecar y transformar cada pieza en MP3. Ahora ese álbum ya esta en el disco duro de ella.
     Seria tan fácil perderse. Decir olvidé el camino, no supe cuál tomé y no regresarte a tu casa. La casa que sigo confundiendo. Dar vueltas sin rumbo fijo por la ciudad sin decir nada ni escuchar nada salvo el zumbido del motor. El cinturón de seguridad impidiendo la caída libre. La despedida.


6 con f

La felicidad
Me esta enseñando que hoy
No soy feliz
Porque es que cuando tú no estas aquí
Me quiero ir

La tranquilidad
Susurra que no me fíe de ti
Porque en cualquier momento
Vendrá el lamento
Y te vas de mí

«La felicidad II» / Bushido

miércoles, junio 30, 2004

textos contenidos en las novedades de la Editorial

A petición de Humphrey bloggart este post esta dedicado a los nuevos autores de Paraíso Perdido. Podrán leer textos incluidos en sus respectivos libros así como conocer las portadas de los mismos, las cuales fueron ilustradas con obra de pintores que residen en esta ciudad (Guanatos). Por supuesto, en el caso de los poemas ya saben que el blog no respeta los espacios de silencio, ni indentaciones, ni sangrías. Ojalá los disfruten, y sobre todo los comenten. Si alguno de mis estimados lectores tiene interes en adquirir alguno (o todos) pues mándenme un correo electrónico, el link esta del lado derecho. Los libros tienen un costo de $ 50.00 pesos.

De La consigna y el milagro

La consigna y el milagro
autor Julio César Aguilar
Ilustración de la portada: José Galindo


Elegía de la pierna

A la sombra de su estatura
bendice tú la harina de su hueso, ceniza caminante
en triste enflaquecido músculo
y piel de nardo.
Para que vuele, para que
no se incendie, sacúdele
la rabia que la aniquila.
Que en un grito alarido enorme resucite
y si no, luego entonces
nuevamente crucifícala.

Ha callado tanto tan silenciosamente
que ya no escucha, que no obedece más
los desvaríos de aquél que habla,
del que empinó en su copa
toda la embriaguez del infortunio
escondiéndose pronto luego en su corazón
que sabe sólo dar
caídas de ciego.


Huésped de la alegría

Cuando nací
conmigo nacieron la noche y el mundo
y sus constelaciones.

Abrí la mirada como quien abre
y descubre la puerta de las maravillas:
añoranzas tantas descubrí
que mi olvido sabía
porque antes de nacer yo ya era
el polen de mi origen, la simiente
aguardando el agricultor saludo de un dios.
Pero en el naciente año, por su ventana,
pronto una muy desdicha
vestida con garfios rigores de la enfermedad, leona
más que perra afilando sus garras en actitud de acecho,
me visitaba.
Al final, fui su presa...
Y cuando la discordia con silencioso estruendo
gritando me hería
era mi voz un deshojar de palomas.

(Habitante del miedo, terriblemente gozoso
me revolcaba en inmundo estiércol.)

Cerré la mirada entonces
que años antes había abierto
y fue así que en mis ojos, en esos ríos
de tinieblas y llanto
un triste niño por mí se ocultaba.

Sí. Excepto lo que no recuerdo
lo que digo todo es verdad.

Hoy el niño que fui yo
no tiene tatuada ya la memoria: es
como si dijera: “no soy más
el dador de los poemas tristes,
ya esos no me pertenecen, desconozco
su negra túnica, su esquelético rostro de angustia;
no corro y tropiezo ya al escuchar
su lamentable palabra adolorida”.

Pero a fuerza del tanto llanto
—sin embargo—
soy ahora el huésped de la alegría.

A la vida nací, descendiente
de los atardeceres y de la nueva luz.
Y por mi sangre desde entonces palpita
el corazón de Dios
que es el de todos los hombres.

Naciblemente vivo
nazco porque en cada segundo
se nace o se muere según la elección
del que, aun sin saberlo,
elige su porción alegre de luz o la pálida
estancia
en la niebla.


De Muertos sin saberlo

Muertos sin saberlo
autora Elizabeth Vivero
Ilustración de la portada: Iván Villaseñor


Derrota

Mi nombre es Gabriel y he sido derrotado por el demonio. Luché contra él y no pude vencerlo. Se apoderó de mí despierto. Y todo por invitarlo una noche a alojarse en mi casa. Nunca pensé que tomaría en serio mis palabras, pero lo hizo y aquí estoy, poseído por un ser que se niega salir de mí, que se ha adueñado de mi vida y de mi alma.
     Grabación efectuada el cinco de abril del año en curso. El paciente presenta un cuadro de esquizofrenia paranoide aguda. Culpa al diablo de todos sus males y lo responsabiliza de los actos. Se continúa con el tratamiento con base en antidepresivos y terapias grupales. Hasta la fecha, el paciente no demuestra interés alguno ni en las sesiones ni en las actividades en las que se le obliga a participar.
     Todo comenzó esa noche. Yo estaba solo y sentí que alguien me observaba. No era la primera vez que me daba cuenta de que alguien o algo me espiaba, pero en esa ocasión la sensación fue aún más intensa, como si se propusieran hacerme notar su presencia. Para olvidarme de eso, encendí la televisión a todo volumen y el radio. Los vecinos no tardaron en molestarme, tocaron insistemente a la puerta, pues sabían que, como siempre, bajaría el volumen de los aparatos, pero no lo hice. Presentía que de quedarme en silencio, aquel ser saltaría de su escondie y se haría presente. Los vecinos no se cansaron de tocar. Incluso llamaron a una patrulla. Pude ver las luces de las farolas estacionarse frente a mi puerta. Afuera las personas vociferaban y los policías me gritaban que abriera o ellos entrarían a la fuerza. No respondí. Al contrario, conecté la licuadora para dejar de oírlos. Los ojos me seguían, vigilaban cada uno de mis movimientos. El ambiente se volvía insoportable: cómo hacerles entender que me perseguían en mi propia casa. Los policías comenzaron a golpear la puerta para derribarla. Y fue, precisamente segundos antes de que entraran, que le grité a ese demonio que estaba bien, que lo aceptaba, que si deseaba quedarse lo hiciera, ya estaba harto de ocultarme de él. Los agentes entraron y junto con ellos el mal que se instaló en mi cuerpo.
     Extracto de la grabación realizada el primero de diciembre del año pasado, fecha de ingreso del paciente. En esa ocasión trató de convencer a los médicos que un exorcismo sería su cura. Creía, y cree, que la espuma que arroja de vez en cuando de su boca es producto de fuerzas malignas, así como sus convulsiones y el movimiento de objetos que se han presentado estando él bajo tensión.
     Fui elegido. Él me lo dijo. Sólo le faltaba la invitación que abiertamente le hice. La primera, fue cuando jugué a invocarlo, desde ahí decidió tomarme la palabra, pues siempre busca la oportunidad de manifestarse. Después seguí ofreciéndole mi alma en las reuniones que tuve con mis primos para las sesiones espiritistas que guiaba una amiga. Nunca creí que en realidad ella pudiera contactarse con los espíritus, pues descubrí que en pleno trance, sus rodillas golpeaban por debajo la mesa y un hilo amarrado a sus pies la hacía tambalear. Estaba equivocado, porque si bien ella no era la indicada, eso no impedía que cualquiera de nosotros fuera la entrada a este plano. Ya de grande me percaté de su presencia, y por más que intenté ignorarlo, finalmente sucumbí a la invocación final. Claro que en ese tiempo pensaba que tal vez sólo eran invenciones mías: el que viera cosas que nadie percibía, el que se movieran objetos y los ataques que me daban, todo era producto de mis desajustes emocionales. Esas fueron las palabras de los doctores. Qué error tan grande cometieron. Por su culpa ese demonio siguió acosándome sin que su alejamiento se llevara a tiempo. Todo fue más fácil para él y esa noche, aprovechándose del hecho de que mi madre había muerto dos días antes, entró a la casa y me presionó hasta que le abrí las compuertas por completo.
     Fragmento de la entrevista con el director de la clínica, el día quince de diciembre del año en curso. El paciente ha permanecido en la institución por poco más de un año y aún no da muestras de mejoría. Continúa con la obsesión de estar poseído. El paciente se encuentra en la etapa de la negación, proceso que resultará difícil de supera. Sin embargo, se seguirá el mismo procedimiento por un par de meses más y se analizará la posibilidad de incrementar las sesiones grupales. Dentro de seis meses se evaluará íntegramente el caso.
     El demonio ha crecido. Conforme pasan los días siento aumentar su poder. Ahora desea proyectarse con mayor fuerza. En pocos días se mostrará tal cual es y entonces nadie ni nada podrá contener su furia. Que se cuiden los médicos, que recen por su vida, porque su odio abarcará al mundo. Yo he sido el elegido, yo seré el instrumento. Y salvo mi cuerpo que lo contiene, no quedará piedra sobre piedra. Ellos no lo saben, pero el fin está cerca.



De Intermedio

Intermedio
autora Edna St. Vincent Millay / versión de Isabel Jazmín Ángeles
Ilustración de la portada: Carlos Maldonado


Sonetos

I

No eres más hermoso que las lilas —no,
ni que la madreselva; no eres más bello
que las blancas y sencillas amapolas —puedo tolerar
tu belleza; aunque me incline ante ti, aunque
de derecha a izquierda, sin saber a dónde ir
voltee mis inquietos ojos, ni aquí ni allá
encontré ningún refugio además de ti, sin embargo juro
que así ha sido con niebla —y con luz de luna también.

Como quien día a día a su poción
de veneno delicado añade una gota más
hasta que pueda beber sin daño la muerte de diez,
así, habituado a la belleza, quien ha bebido
cada hora más intensamente que la anterior,
bebo —y vivo— lo que a muchos hombres ha destruido.


II

El tiempo no trae consuelo; ¡todos han mentido,
quienes dijeron que el tiempo aliviaría mi dolor!
Lo extraño durante el llanto de la lluvia;
lo necesito durante la bajamar;
las antiguas nieves se derriten a cada lado de la montaña,
y las hojas del año pasado humean en cada sendero;
¡pero el amargo amor del año pasado permanece
colmando mi corazón, y perduran mis viejos pensamientos!

Hay cien lugares a donde temo
ir, —¡pues con su recuerdo rebosan!
y entrando con alivio en un lugar tranquilo
donde nunca estuvieron sus pies o brilló su rostro
digo: «¡No hay recuerdo de él aquí!»
¡y así me quedo de pie, herida, recordándolo!


De Sé del silencio

Sé del silencio
autora Ana Claudia Zamudio
Ilustración de la portada: Sandra Carvajal


1

¿Sobre qué piedra se levantará tu historia?
sobre cuál muro
ventana
o techo
en ruinas.

El espectro del tarpán
trota
asciende
entre pendientes de rocas apiladas
y el lamento que va libre
deja su semilla
como humo
baja
y penetra su relincho.

Ahí va el fantasma
cabalgando
su jinete, la edad extinta,
escucho su herradura resbalar sobre las piedras,
ahí
tras los cascotes
miradas se fragmentan
me detienen
silbidos que apenas se perciben
¿bajo qué piedra,
qué galopar remueve el silencio del escombro?


3

En un instante
se nos incendia
el mundo
en las manos
su ceniza
y decimos
silencio
cuando queremos
decir
un bisílabo interrumpido
apenas voz
desata lluvia
la memoria
el rostro en el charco del espejo
no te pertenece
es la mirada del miedo
la que se agolpa
en pupilas
el gesto interrogativo se abre
y no cierra
la noche
golosina
del insomnio
traza la ruta de los días
en las calles del mundo
qué sobrevive
al fuego
en cuál jardín florecerán las huellas
del crepúsculo
mientras
los ojos del que viene
su mirada
blanquecina
nos incendia


De Cuerpo roto

Cuerpo roto
autor José Antonio Neri Tello
Ilustración de la portada: Héctor Javier Ramírez


El transeúnte

Morir es un proceso lento
Por eso me gusta

Miguel Ángel Leos


1

¿Qué vas a hacer?
quédate un poco y sabrás lo que hay en mis huesos de hierba seca
quédate y no creas lo que sale de mi boca
que mi sombra y mi cuerpo en la misma cosa
que no existe tiempo en mis pies descalzos
para separar la sal de mi epidermis
quédate aunque no figures en ningún mundo
ni tenga palabra alguna para nombrarte
¿Has oído lo que cruje entre la hierba
o respirado el oxígeno de las hormigas?
cada átomo tuyo es tierra
yo lo beso y lo respiro
Deja que corra y describa
lo que hay en la tierra
lo que hay en cada geometría
la piedra de aire
que ha sido venerada en tiempos de post-guerra
te he buscado en todos los humos
mujer de cristal
ojo por donde entra la miel a mi casa
mujer solar de la hiedra
que jamás había sentido florecer sus senos
al paso del tacto
cuando las palabras respiran
hemos tejido la hierba

la parte del agua desconocida
me baño y admiro cada molécula formada con el sudor del agua
gota-molécula creciendo en el viento
lluvia iluminada por el vapor del polvo
corramos al huerto a formar una palabra
a formar lluvia que cubra nuestros cuerpos
que la carne es tiempo y es tierra


7

Te he llenado los pulmones de oxígeno
¿Cómo es que te llenas de ausencias?
nos vimos desnudos entre marchitos
sabes todo de mí
escucho el cigarrillo desierto de las tres de la mañana
los pozos verdes en la taza del insomnio
veo el área poligonal de nuestros trazos
y todo me remonta a las ciudades aéreas
donde tejimos el reino sin nombres
que cayeron sin dejar hojas al árbol
barro la hojarasca que cae a diario
describo los átomos que tiene el aire
soy el final de la casa
las muertes vacías
¡Cuerpos limitados al principio del otoño!
¡Muros desechos después de la lluvia!
Soy la ausencia total de ecosistema
me has visto morder la maleza
sembrarla en el jardín
donde tenía cráneos enterrados
y sin embargo
me acariciaste las sienes
cada vez que mi padre me dio polvo
cada vez que polvo salía de sus manos
te llamé muerte
y te he sentido en todos los tranvías
te llamé muerte
y hemos estado unidos en la cárcel de la tarde
te ayuné en las esquinas del mundo
te vi con los ojos de mis manos
te di cuerpo con luz de los arrecifes
¿Quieres que te cuente historia alguna?
¿Que mis manos iluminen el tiempo que hay en tu cuerpo?
¿O cada escalón que tienes en los muslos?
¿O cada boca que tienes en tus senos?
Quédate un poco y sabrás lo que hay en mis huesos
[de hierba seca
Quédate aunque no figures en ningún mundo
y no tenga palabra para nombrarte

martes, junio 29, 2004

Notas a lo largo de una tarde (y parte de la noche)

En ocasiones me gustaría hablar de tantas cosas que si pusiera manos a la obra me sucedería como a Funes, el memorioso, personaje de un genial cuento de Borges, que tiene la capacidad de recordar cada momento de su pasado con exactitud cronométrica con el inconveniente de que recordar sus vivencias le lleva el mismo tiempo que le llevó vivirlas. Confieso pues, carecer de esa capacidad. Así que en vista de ello esta tarde he decidido escribir en párrafos breves y numerados lo que no he podido contar de los más recientes fines de semana, pensamientos, memorias, citas y demás miscelánea mientras sobre el papel de un cuaderno escribo un cuento pendiente y abrevo de la sabiduría de varios libros... por cierto, Sarah Brightman suena en el estereo...

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- I love you, Pumpkin.
- I love you, Honey Bunny.
- Everybody be cool this is a robbery!
- Any of you fuckin' pricks move, and I'll execute every motherfuckin' last one of you.


1
La única actitud auténtica ante el arte es y será siempre una paticipación sentimental y emotiva;aunque, claro esta, todo depende de que mi sentimiento sea acertado o desacertado, y de que mi emoción se justifique o no; hay que lograr ante todo la pureza del sentimiento.
     El primer paso hacia esa pureza consiste en aprender a no quedarnos insensibles ante lo que nos parece obvio. Debemos hacernos sencillos e ingenuos; debemos preguntar consciente y expresamente por cuanto creíamos ya sabido y conocido, cambiar los grandes billetes de la comprensión consagrada por humildes moneditas; sólo así podremos llegar a la esencia de las cosas.
Johannes Pfeiffer, La poesía, brevario no. 41, FCE

2.
De cómo nos corrieron de la casa de Jovito, el de Garigoles
En un principio consideré darle un gran espacio a esta aventura. Al paso de los días se convierte en una anécdota que provoca alguna sonrisa irónica. Sólo diré que aquella noche, no importa realmente cuál, no había plan trazado, situación por demás extraña para todos los miembros de la tribu. Había acompañado al Comandante y a Lili a ver la segunda entrega de Shrek, la cuál tuvo sus detalles bastante divertidos (creo que ya todo mundo la ha visto así que me abstendré de comentar más del filme). Como habíamos ido a los cines de Plaza Pabellón y teníamos como destino final El Cuadrilátero, cuartel general del Carlos Maldonado (cuya verdadera identidad es El Santo) y amigos,así que pasamos a casa de Laura Covarrubias que estaba a medio camino porque había dicho que tenía una posible fiesta y decidimos confirmarlo. Laura, que estaba a punto de meterse a bañar, nos recibió amablemente e invitó una ligera cena. Efectivamente la invitación era de Jovito el de Garigoles, y aunque la reunión había sido una comida aún quedaban cervezas y carne para asar. Dejamos pues a Laura en sus menesteres higiénicos y tomamos rumbo a la confluencia de las avenidas La Paz y Enrique Diaz de León. Ya instalados en El Cuadrilátero no tardaron en llegar el buen Adrian Avilés y el otro Carlos, más tarde Laura. Destapamos un trío de caguamas, despachamos unos doritos tamaño gigante, y escuchamos al buen Charly, a los Petinelis y a los Babasónicos. Laura nos dijo que le latía ir al Américas porque un DJ Turco mezclaría, creo que a nadie le latió la idea. El consenso general ya estaba tomado, a la casa del Garigol mayor.
     Tomamos por Hidalgo, se suponía que El comandante, que venía en mi auto con Lili, nos guiaba, tras de mi auto Laura y Carlos en el Clio plateado de ella y más atrás Carlos y Adrián en la camioneta del primero. Nos metemos al tunel y salimos para tomar hacia el norte por la Calzada. Derecho hasta la fuente olímpica y a la derecha… y a buscar Montes Apeninos, pero antes, buscar a Carlos y a Adrián que se habían perdido. El Clio plateado Norte, el Jetta tinto sur. Los interceptamos cuadras adelante y repuesta la caravana desembocamos al cubil del Jovito.
     Uno sabe donde es bien recibido y donde no. No podría decir que fiesta. Petite comite diría Laura por teléfono al día siguiente. Nada de alcohol. Nos tocó ir por las cervezas. Apresurar el paso para poder llegar al primer oxxo antes de la 1 de la mañana (y faltaban cinco). Seis sixes Seis. Nosotros tan amables y compartidos pensando en todos los demás invitados. Risas y cerveza. La carrilla pasando de amigo en amigo. Laura que desaparece con Jovito. Minutos después el aroma a carne asada. Los gorrones que bajan del departamento al patio donde en una parrilla carbones al rojo vivo hacían que la carne luciera apetitosa. «Coman, coman lo que quieran».
     Y entonces sucedió. El comandante le pregunta al Jovito su opinión sobre un tira publicada en El diablito. El garigol casi escupe el pedazo de carne y la bilis hace presa de su higado. ¿Han escuchado la anécdota de Cristo y el sermón de la montaña?. Pues he aquí el sermón del Jovito. Y el comandante, que por algo es comandante, a punto de desenvainar el arma, pero a duras penas contenido por Lili. No repetiré las enseñanzas de ese discurso claridoso, sólo diré que siendo únicos testigos fuímos iluminados por la sapiencia de tan ilustre personaje. El Comandante, tan oscuro por antonomasia, no resistió tanta luz y decidió fugarse ante el desconsuelo de Lili. Pero era una trampa. La puerta seguía cerrada. Pasaron varios minutos que en la confusión los demás aprovechamos para devorar carne, queso y salchichas hasta que alguno de los invitados se retiro y se abrió la puerta. El comandante, empuñando una tecate, que no su arma como algunos dijeron, escapó hacia la oscuridad de la noche. Lili pedía auxilio, no a gritos destemplados por supuesto, la dignidad y el estilo ante todo, sino con una voz realmente preocupada por la suerte de su consorte. Por mi deber moral con el comandante —me ha sacado de varios líos que quizá alguna vez me anime a contar—, y más que nada por mi amistad con Lili fue que decidí también internarme en la oscuridad de la noche e ir tras el amigo. Y no tanto porque temiera que le pudiera suceder algo, que en peores hemos estado, sino para que volviera por su linda esposa. Regresamos pues. Ahora era Adrián, ese muchacho tan incrédulo e irónico, el que denostaba con sin igual poder demoníaco las alabanzas de Don Jovito. No sé si este fue el punto de quiebra. Si el nivel hormonal llego a su máximo. El buen garigol se levanta como majestuoso rey y parándose frente a nosotros, aún con tacos y tecates en las manos dice (señor no soy digno de reproducir tus palabras, pues hablaste a través de la boca de tu profeta, no me condenes al exilio del infierno si no las cito tal como fueron dichas): «Ya comieron. Ya tomaron. Ahora váyanse». Caras de escepticismo. «Es de neta. Ya váyanse». Silencio. Las llamas crepitando en la parrilla. El comandante que no se la piensa dos veces y se retira. Dudas entre los demás. «De menos permite terminarnos las cervezas ¿no?» No volvería a abrir la boca el profeta. Terminamos pues apresuradamente las cervezas y nos retiramos del cubil. Yo terminaría la noche en casa del comandante. Descorchó un tinto y seguimos compartiendo anécdotas hasta que el frío del alba anunció un próximo amanecer

3.
Un intermedio inesperado
Son las diez de la noche. En este lapso de tiempo he escuchado Counterfeit 2 de Martin Gore y Ok Computer de Radio Head. Pagué también el cable. Compré tinta para la pluma fuente. Un cable para el reproductor de discos compactos. Y lo más importante acompañado de una pintora sensible y frágil que accedió tomar un té en casa, escuchar historias de comidas favoritas y odiadas y revisar los contactos y algunas fotografías de este escribidor. Ahora Yann Tiersen toca sus melodías melancólicas y yo voy hacia el pasado…


4
La máquina del tiempo
Últimos días de Junio de 1998
«Ayer estuve parte de la tarde con Jazmín. Me agrada trabajar con ella. En sus traducciones. A pesar de que a veces nuestros puntos de vista no coinciden. Trabajamos en un poema de Edna St. Vincent Millay titulado Intermedio. De gran profundidad y dolor valiente. Digno de cualquier antología. Esta es la poesía, la escritura femenina que me gusta, la que aporta verdaderamente.

La poesía tiene que ser concisa y profunda. Valerse de cualquier trampa y subterfugio del lenguaje. Juego de espejos que refracten la imagen de manera distinta cada vez aunque semeje ser la misma.
La poesía alimenta al espíritu y lo hace fuerte. Es la fuerza que nos hace enfrentar la vida no como obstáculo sino como dice Murena, como una puerta (ventana, insisto yo)
Y sí, ahí del otro lado está el paraíso…»

5
«Sufro, sufro, sufro…» pero también quiero ser estrella de rock o de menos DJ
Parte II
Lo que sucedió el sábado
Dudo de cómo iniciar esto. Ha pasado más de una semana desde entonces. La memoria por supuesto no sigue igual de fresca y en ese lapso de tiempo han pasado muchas más cosas que han venido a ocupar el espacio destinado originalmente a estos recuerdos. Sé que por la mañana estuve en el tianguis cultural con Claudia Barreda y Lizzi Zamudio vendiendo libros. Que antes de las cuatro recibí la llamada de BEF para encontrarnos. Le dije que en el café de la librería del Fondo estaría bien y que de ahí nos moveríamos para comer en algún otro sitio. Claudia y Lizzi que iban a Chapultepec me acompañaron al fondo. BEF me impresionó, no era para menos con esas credenciales: diseñador gráfico, monero y narrador destacado. Me mostró los adelantos de lo que será Pulpo Comics una super antología de comiqueros mexicanos de ficción. Se editará con apoyo del FONCA y tendrá una calidad tal que no le pedirá nada a la revista Heavy Metal, por citar un ejemplo. Le regalé libros de la editorial y confiamos en seguir en contacto. Por cierto BEF es hermano del vocalista de Mamapulpo. Lo más chido: que invitó la comida en el Mondo Café. Nos despedimos. Caminé por Chapultepec rumbo al Fondo de Cultura. En el aire se escuchaba ya un Blues que arrancaba movimientos ritmicos en las manos. Ni señales de Claudia ni de Lizzi. Caminar. Lulú Sánchez a lo lejos y junto a ella Brita. Saludar. Brita me dice que Trilce y otras amigas de Radio U de G están en el café Azteca. Departir un rato. Dar el rol. Saludar a Cristal Esquivel antigua compañera de aventuras hoy inseparable de su novio que por sus gestos parecería que no nos quiere. Seguir paseando, escuchar a Grand Mama. La banda se prende. Decidir retornar a Chapultepec para el show de San Pascualito. Los mismos de ayer. La vampiro con lindo escote. Enrique Blanc y por lo que leí después varios amigos bloggers. Bien el sonido. Bien la banda. Enamorado. El comandante Jiménez me llama para saber donde estoy. Le digo que en Chapultepec. Queda en caerle. Yo recuerdo que deje las ventanas de casa abiertas y la tormenta que amenza me lleva a dejar la fiesta de la música por minutos. Llegó a casa y cierro la ventana, estoy a punto de partir cuando recibo una nueva llamada del comandante que me pide que le haga el paro con su caricatura para el occidental. Necesita el escanner y el internet. Le cae a casa. Caguama incluida. Le hablamos a Lu. No tiene muchas ganas de salir de su casa pero acepta. Nos veremos en puerta 22. Terminado el alcohol y enviada la caricatura nos dirigimos a puerta 22. Brita nunca llegó, ni Trilce, supe después que tuvo que desertar por problemas de salud. Las que si llegaron fueron Claudia y Lizzi. De nuevo la linda vampirito, Enrique Blanc. Y Maldonado, Ray, Lu, Laura… El sonido horrible. Y sin embargo alcanzaron a prender. Buen concierto. Los nuevos gruppies de San Pascualito. Regresar a Chapultepec. La electrónica es lo único que suena. Que a Rada id le quitaron la energía electrica. Saludar a mis primos. Encontrar a Pedro viejo compañero de la escuela ahora en María con Tenis, a Moy de Aves a veces, al buen Aldo de Pocilgabeat, y a Vero Sainz la estilista de las estrellas que me dio medio vaso con vino tinto. Bailar hasta las tres de la mañana con un DJ francés que en su club lo conocen. Alcanzar a Laura y compañía en una fiesta junto al Gato verde. Hace rato andaba por aquí tu hermana me dicen. Ya casi no queda alcohol. Al comandante le da su consabido ataque de aburrición y como yo tengo sus cosas en el auto nos tenemos que ir. Fin de la historia.

lunes, junio 28, 2004

Tercera entrega de «La verdadera historia...»

3. Vigila nos un mundo
Cada paso es un rompecabezas. Y una tortura mental la orden que va de la cabeza a los músculos de la pierna para que se levante. Y el estómago con vida propia buscando extirparse a sí mismo. El temblor en el pulso. La llave que no es necesario utilizar porque la puerta ya esta abierta. Pasos inseguros. El alcohol y el miedo. Prudencia. «Estas seguro que puedes caminar» «No quieres que te llevemos». «No hay pedo». Ahora me preguntaba porque había sido tan estúpido de rechazar la llevada.

Tenía siete años entonces...

Hoy volví a los Colomos. Tenía tanto de no caminar bajo el manto protector de los árboles. Escuchar la caída del agua, el rumor del viento entre las ramas. Pero no fui sólo. El cielo anunciaba lluvia y recordé un par de veces anteriores que también llovía. Al principio era silencio. Después el paso ensordecedor de una hormiga perseguida por el viento que escapaba de mi boca. Y hablar. Escarbar en la memoria que algún día fue herida directa en la piel del alma. Encontrar en medio del temor que me abraza, de la gran ciudad, este cálido oasis. Estar sentados, espaldas casi tocándose, y entre los dos el espacio apenas perceptible de las palabras dichas. Mirar como los peces nadan alrededor de sus propias esperanzas. A un par de tortugas hacer malabares en el agua. Pensar en los malabares que hace el corazón. Los saltos mortales en que arriesgamos la cordura. Y luego levantarse y andar. «Cuál es tu color» Ella preguntaba. «Blanco» «Azul». Lo que se me venía a la mente. No entender. Siempre querer entender. «Sólo aprende a sentirlo». Un trueno que se alarga encima de nosotros. Un pato perdido de su estanque. Ardillas saludando a nuestro paso. Un ave de pecho rojo que quisiste fotografiar sin conseguirlo. Y seguir escarbando en las paredes del pasado. De hace muchos ayeres cuando mi padre por vez primera me trajo a la sombra de este bosque. Entonces era un lugar de ensueño. El bosque escondido de los cuentos. Luego el silencio. Que sea ella la que elija el camino. Ella la frágil. Ella que sonríe. Ascendemos. Hacia el auto y las gotas de lluvia sobre el cristal que nos separa de la tarde. Pensar en un café. Y el café ya estaba en nuestra mesa. En ese lugar con nombre caribeño. En ese sitio donde la lluvia iba y venía, columpio, cuerda floja. Donde temí acariciar tu mano y sólo leí algunas huellas del futuro. No todas. Lo porvenir sabemos nos esta velado. Y sin embargo a veces es más fácil leer nuestros deseos en los ojos. En la sonrisa. En el temblor del frío en los cuerpos. «El frío me hace sentir viva» habrías de decir horas más tarde cuando yo sucumbiría a los estragos de la noche. Y tú serías entonces el roble, el tronco, el mástil. Y mis ojos temblorosos corderos dispuestos a dormir en un lecho apenas confortable. Y entonces pienso en un niño de siete años. Era un niño solitario. Era un niño que no entendía el porque de tantas cosas. Que comenzó a odiar los hospitales. Que no quería hacer guardia junto al féretro porque era aceptar lo que decían los grandes como verdadero. Serán ya veinte años. Y el dolor a veces aún consume. Fue entonces también que le temió a la muerte. A ese escalofrío. A ese estertor que nos separa. Y por más intentos que hace no recuerda como fue el último abrazo. Tampoco la voz que ya ha partido. Y llora. Llora lo que entonces no lloraba. Lo que el cuerpo como presa ha retenido. Es un niño de siete años. Era un juego. Pero en aquellos días no se jugaba. Cuentan las leyendas que alguna vez no abrió la puerta. Ahora daría hasta su alma para que alguna puerta misteriosa abriera su cerrojo y lo llevara a la contemplación de ese recuerdo. Pero estabamos en un café. Escuchando como te quedabas sin tu auto. Y perdiendo la mirada. Y un billete para pagar la cuenta. Y un camino que mi auto comienza a aprenderse. Y Julieta Venegas cantando mientras corremos junto a los patios del ferrocarril. Y la fábrica. Y otra historia de persecuciones que ahora ya conoces. Así se va haciendo la película. Así van saliendo los créditos. Así vuelves a dejar el asiento con tu memoria impresa en él. Y desde entonces, desde entonces, he quedado atrapado en un fade out que me incrusta en tu mirada permanentemente.